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Con tamales de chipilín y atole de chocolate, el presidente Andrés Manuel López Obrador comprometió a unos 200 de los empresarios más importantes del país para apoyarlo en su propuesta de rifa relacionada con el avión presidencial.
En una cena privada en Palacio Nacional, la Presidencia entregó un documento en el cual los empresarios participaron en un “pase de charola” para la compra voluntaria de 4 millones de boletos del sorteo que organizará la Lotería Nacional y cuyos recursos serán destinados a la compra de equipo médico para hospitales públicos.
Se les entregó una carta compromiso para que “de manera voluntaria” adquieran y paguen los boletos, y cuyos montos van desde 20 a 200 millones de pesos, es decir, adquirir desde 40 mil a 400 mil cachitos. En su momento, el director general de Banobras, Jorge Mendoza, dejó muy claro que las aportaciones no serían deducibles de impuestos.
En la carta se detalla el monto al que se comprometían los empresarios, que deberían firmar y poner su nombre, dirección, teléfono y correo electrónico. Se conoció que algunos empresarios la depositaron en una tómbola similar a la que usa la Lotería Nacional en sus sorteos.
“Por medio de la presente manifiesto mi compromiso de participar de manera voluntaria en la compra de billetes de lotería con motivo del sorteo conmemorativo que la misma llevará a cabo en relación con el avión presidencial en beneficio de la asistencia pública, hospitales y adquisición de equipo médico por el equivalente de un monto de 20 millones, 50 millones, 100 millones y 200 millones”, dice el documento.
Miguel Rincón Arredondo, presidente de Bio Pappel, dijo que durante la cena hubo una gran respuesta de los empresarios. Confirmó que el documento que se les proporcionó tenía cuatro opciones de cooperación y cada quien firmó y lo depositó.
“No hubo presión alguna, el Presidente fue muy claro, dijo: ‘Les agradezco que hayan venido y este es un compromiso que deben tomar, nadie está obligado, porque los empresarios ya cumplen con el pago de impuestos’”, señaló.
—¿Fueron los tamales más caros que ha comido?, le preguntaron.
—Hasta el momento sí, atajó.
El presidente de la Concamin, Francisco Cervantes, refirió que en su mensaje López Obrador expresó que nunca le gustó el exceso del avión presidencial: “Dijo que el gobierno no puede usar ese tipo de cosas [avión] y mandó un mensaje para que ningún gobernante vuelva a caer en esos [excesos]. Eso se le aplaudió”.
En la mesa central del Salón de la Tesorería, el Presidente estuvo acompañado por los empresarios Carlos Slim y María Asunción Aramburuzabala, quienes se sentaron junto a él. El evento fue inaugurado por niñas y niños gritones de la Lotería Nacional.
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También el titular de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval; el jefe de la oficina de Presidencia, Alfonso Romo; el consejero Jurídico de Presidencia, Julio Scherer Ibarra; el presidente del CCE, Carlos Salazar, y el presidente del Consejo Mexicano de Negocios, Antonio del Valle.
Además asistieron el presidente de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean; Carlos Peralta, de Grupo IUSA; Olegario Vázquez Aldir, de Grupo Empresarial Ángeles; Miguel Alemán Velasco, presidente de Interjet; Daniel Servitje, Grupo Bimbo; Alejandro Ramírez, CEO de Cinépolis; Humberto Garza, fundador y presidente de Grupo Famsa; Vicente Yañez, de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, Jorge Mendoza Garza, de TV Azteca, entre otros.
A su salida, el empresario Carlos Bremen, quien compró hace unos meses la casa incautada al empresario chino-mexicano Zhenli Ye Gon, comentó: “Vamos a estar hasta en las esquinas vendiendo cachitos”.
El empresario Slim Helú dijo que la cena de tamales es para comprar equipo médico y “por supuesto [vamos a apoyar] porque es una buena obra”.
Antonio Suárez, de Grupomar, dijo que apoyarán desde su trinchera. El empresario aseguró que si bien no comprará los 40 mil boletos que les propuso el presidente López Obrador, si adquirirá unos miles y los regalará entre sus empleados.