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Oaxaca de Juárez. —El talento de Francisco Toledo no sólo fue para él, el juchiteco también buscó el desarrollo de muchas generaciones más en Oaxaca.
Después de haber expuesto su arte en Estados Unidos y Europa durante su juventud, Ta Min regresó a Oaxaca para promover el desarrollo del arte y la cultura del estado. Durante su estancia impulsó más de una decena de instituciones para el crecimiento de nuevos artistas.
Destaca por haber creado la Casa de Cultura de Juchitán, el Taller Arte Papel Oaxaca, el Centro de Artes de San Agustín (CaSa), la Biblioteca para invidentes Jorge Luis Borges, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), el entonces cine club El Pochote, el Jardín Etnobotánico dentro del centro cultural de Santo Domingo, la fonoteca Eduardo Mata, la biblioteca Francisco de Burgoa y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).
En cada uno de estos espacios se han desarrollado disciplinas culturales, incluso, estos recintos han servido para diversas exposiciones.
Toledo fue además el impulsor de la editorial Ediciones Toledo y de las revistas Guchachi Reza (Iguana Rajada) y Alcaraván.
Su generosidad por Oaxaca y el país quedó expresada una vez más en enero de 2015, cuando ante la falta de apoyo del gobierno estatal, pero con el interés de que continuara existiendo, Toledo donó por un peso las dos propiedades de lo que es el IAGO al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Desde entonces, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, que resguarda 124 mil obras artísticas y 80 mil fotos del acervo de Manuel Álvarez Bravo, pasó a ser parte de la federación y hoy sigue abierto para los amantes de la cultura; es aquí donde desde anoche amigos y autoridades montaron una ofrenda en memoria del artista, filántropo, promotor cultural y luchador social.
La biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca cuenta con más de 30 mil libros de arte, pintura, gráfica, diseño textil, y arquitectura. Mientras la otra propiedad del IAGO, en avenida Juárez, posee 22 mil libros de literatura, poesía, ensayo, filosofía, teatro, foto y cine. Además de este legado, donó más de 20 mil piezas de grabado de reconocidos artistas a nivel internacional, como Pablo Picasso.
Francisco Benjamín López Toledo, uno de los más importantes creadores de México, deja su legado artístico para el país y el mundo.
Reconocido por su talento y obras llenas de androginia y zoología, nació el 17 de julio de 1940, fue el cuarto de los siete hijos de Francisco López Orozco y Florencia Toledo Nolasco. Comenzó a dibujar a los 10 años sobre las paredes de su casa, de acuerdo con su relato.
Estudió arte gráfica en el taller de grabado de Arturo García Bustos y en su trayectoria llegó al Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en la Ciudad de México.
El artista expuso su obra en Oslo, Londres, Ginebra, Toulouse, Hannover, Nueva York y en diversas partes de Europa.