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Estar en el séptimo juego de una Serie Mundial es todo un privilegio para culaquier aficionado del beisbol.
Eres testigo de la historia. Sigues a una franquicia por 162 duelos de temporada regular, después en los Playoffs y por último, en el Clásico de Otoño.
Un honor que sale caro.
Anoche, los Dodgers de Los Ángeles forzaron la Serie Mundial a siete encuentros ante los Astros de Houston y las entradas para asistir al juego se fueron al cielo, como el cuadrangular de Joc Pederson, en la tercera carrera de los californianos.
El boleto más económico ronda de los mil 250 dólares (23 mil pesos) y te sientas en lo más alto del Dodger Stadium. Los jugadores se ven diminutos y puedes perder de vista la bola. Mínimo estás en el juego más importante de todo el año en Grandes Ligas.
Pero los ejecutivos, aquellos hombres de negocios, celebridades y con bastantes billetes verdes en la cartera, pueden desembolsar hasta 15 mil dólares (287 mil pesos), lo que equivale un Volkswagen Jetta, aproximadamente, para observar el juego desde los asientos más lujosos.
Es un boleto para la historia y hay muchos fans de Dodgers y Astros dispuestos a entregar sus ahorros de su vida por poder ver a su equipo campeón.
Para los aficionados del estado de Texas, con maletas listas para viajar a Los Ángeles, tendrán que pagar 129 dólares (2 mil 400 pesos) por un boleto de ida a California.
Es un lujo que sólo el Rey de los Deportes puede dar.
