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Zicatela es la ola. Conocida como el “pipeline” mexicano, Puerto Escondido se sitúa en el top mundial para los surfistas. Tan peligrosas como perfectas, pueden verse olas de hasta nueve metros en esta costa del Pacífico mexicano. Otro prodigio natural de las maravillas que guarda Oaxaca. Tubos que rozan la perfección. “La ola perfecta es en la que entras, haces un par de maniobras, sales y otra vez vuelves a encontrar el tubo… cuando nunca acaba”, comenta Jhony Corzo, que siempre sonríe cuando habla. Él es otra fuerza que emerge de la tierra mágica oaxaqueña. Contra todo pronóstico, venció a las bestias sagradas del mar con desparpajo y atrevimiento cuando nadie lo esperaba. Con solo 18 años, en 2017, se convirtió en campeón del mundo de surf en Biarritz (Francia)—también fue reconocido entonces con el Premio Nacional de Deportes en México—.
La hazaña fue memorable. Tras participar en dos campeonatos mundiales previos en categoría junior, convocaron a Jhony para su primer campeonato mundial en categoría abierta sin ni siquiera prepararlo. “Había tenido un buen año, había logrado vencer a algunos atletas de categoría elite y la Federación Mexicana me invitó a la competencia en Francia, no lo tenía ni previsto en mi calendario”. Ya fue un logro convertirse en uno de los surfistas más jóvenes en alcanzar una final mundial con 18 años. “No tenía presión, así que mientras menos presión tengas mejor te va. Todo se dio. No tenía nada que perder, fue algo increíble. Estaba conectado con el mar. Por suerte, también mi papá me acompañó en aquella ocasión, suelo ir solo o con amigos”. Paso firme serie tras serie y una medalla histórica para México.
El surf es un asunto de familia para Jhony Corzo. La casa donde nació es un pequeño santuario repleto de trofeos y medallas encima de un cerro de Puerto Escondido. Papá, mamá, hermanos… todos surfean y él aprendió prácticamente a caminar y surfear a la vez. “Jugaba futbol, patinaba, siempre fui ágil y atlético; mi papá me empezó a involucrar y me llamó mucho la atención el surfing”. Algo natural gracias a las ventajas de crecer en el mar. “Fui perdiendo el miedo poco a poco, practicando más y más todos los días y mejorando hasta que empecé a competir. Me da mucha adrenalina”. Jhony nos comenta que, cuando empezó a competir, siempre tuvo en sus metas llegar a ser campeón mundial.
“Todos los campeones han sido una inspiración para mí, como Kelly Sla-ora también se ha convertido en miembro del célebre “squad” de Breitling. “Era mi marca preferida. Mi papá me hablaba también mucho de la firma. Fue la ley de la atracción. Me contactaron y empecé con ellos cuando pasó la pandemia. Y más me emocionó cuando vi que estaban Kelly Slater, Stephanie Gilmore y Sally Fitzgibbons [miembros del Surfer Squad de Breitling]. Me siento afortunado de ser alguien de México que está al lado de estos atletas de élite en el equipo de Breitling”. Luce el nuevo Superocean de color negro. “Lo llevo a todos lados y también lo he usado para competir. Me encanta el estilo. Puedo surfear con el reloj, pero puedo salir también directo a una cena”, asegura Jhony entre risas. “Ya estás vestido”.
Desde su terraza, observa cada mañana en Zicatela la ola y decide adónde va a entrenar. Hoy hay más surfistas en el mar que bañistas en la Punta, la última playa que cierra la pequeña bahía central de Puerto Escondido, que junto a Zicatela y Carrizalillo conforman la perfecta trilogía para los amantes del primer deporte de la tabla. Jhony regresó recientemente tras cerrar su participación en el último mundial de este año en California.
SALUDO ICÓNICO
“Siempre es un honor representar a México”. Camina con la tabla en la mano y saluda con el shaka. La “señal de shaka”, también conocido como “hang loose”, es el gesto típico que se suele asociar con Hawái y con la cultura del surf. Se hace extendiendo el pulgar y el dedo meñique mientras los demás dedos permanecen cerrados. El saludo más popular en Puerto Escondido. “Es un pueblo pequeño y si haces algo, todo es más grande”, comenta con cierta timidez. Modestia y equilibro natural en el agua y en tierra firme.
“¿Lo más importante en el surf? “Divertirte. Y entre más te diviertas, menos presión te pones. Tener esa pasión y sentimiento de querer surfear. Nunca es tarde”, afirma este joven atleta mexicano. Un consejo que le sirvió para convertirse en el número uno del mundo. “Mi meta principal es buscar lograr tres o cuatro campeonatos mundiales más. Pero también quiero lograr una medalla olímpica. El próximo reto son los Juegos Olímpicos de París 2024. Lo he buscado desde que se convirtió en deporte olímpico en Tokio, espero poder lograr esa medalla. La tengo en mente”.
Fotos: Kevin González