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Mantener una buena salud y prevenir enfermedades es posible a través de hábitos saludables. La actividad física, una adecuada elección de los alimentos que consumimos, un buen descanso y la prevención del estrés se destacan como las principales medidas que deberíamos adoptar en nuestra vida.
Planificar una dieta equilibrada, que ponga el foco en los nutrientes que podemos aportarle al organismo, se alinea a una gran evidencia científica sobre cómo estos componentes juegan un rol preponderante en el organismo, precisa la Universidad de Navarra (España). El cuidado de la salud siempre debe ser nuestra prioridad.
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Advertencia sobre la leche de vaca
Entre los alimentos que más se destacan por su aporte nutricional se encuentra la leche de vaca que aporta proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono (lactosa), lípidos, yodo, calcio, fósforo, vitaminas A, D, B12 y riboflavina, de acuerdo a un informe de la Fundación Española de la Nutrición.
La leche de vaca colabora con la formación y fortalecimiento de los huesos y dientes, aporta energía, ayuda con la función nerviosa, la salud de los músculos y la hidratación, destaca el Ministerio de Salud de Buenos Aires (Argentina).
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Más allá de los nutrientes y beneficios para la salud que supone el consumo de leche de vaca, este alimento no es apto para todas las personas por igual. Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España advierten que, dado el contenido calórico de la leche de vaca, las personas con sobrepeso, obesidad y alteraciones de lípidos en sangre (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia), deberían evitarla. Además, afirma que está contraindicada en algunas situaciones concretas, como en el caso de quienes sufren intolerancia a la lactosa, galactosemia y tienen alergia a la leche.
La advertencia también recae en las personas que tienen problemas hepáticos o enfermedades renales porque el aporte de calcio y proteínas de la leche de vaca podrían agravar estos problemas.
