Más Información
Los alimentos que consumimos a diario tienen un tiempo determinado de vida útil. Ya sean los productos de origen natural como los industrializados, tienen un tiempo de caducidad por lo que su adecuada conservación es fundamental.
La aplicación de técnicas de conservación de alimentos data de la antigüedad, cuando civilizaciones egipcias y griegas recurrieron al secado, la salazón, la deshidratación, el encerado y el ahumado para almacenar pescados y carnes, explica un informe de la Universidad Pompeu Fabra (España). Además, señala el escrito, utilizaron conservas en vinagre, azúcar y salmuera, y la fermentación.
Leer más: Adiós a los ronquidos molestos; descubre las propiedades que tiene esta hierba antes de dormir
Cómo conservar el limón
Cuando se trata principalmente de alimentos de origen natural es muy común que se compren en gran cantidad para ser utilizados durante varios días. Sin embargo, lograr una adecuada conservación resulta por demás fundamental ya que permite extender su vida útil y aprovechar las propiedades que poseen para nuestra salud.
Al respecto, hoy pondremos como protagonista al limón, una fruta muy conocida y popular que se caracteriza su aporte de vitamina C, fibra, ácidos orgánicos y flavonoides, de acuerdo a la Fundación Española de la Nutrición. Además de ser un alimento nutritivo, se trata de una opción muy deliciosa para acompañar diversas preparaciones pero si no se lo conserva adecuadamente pierde su frescura.
Leer más: Grasas buenas y malas; ¿es la manteca o el aceite la opción más equilibrada?
Por lo general, la mayoría de las personas elige como métodos de conservación para el limón la nevera o el simple frutero. Sin embargo, estos no son los mejores lugares para almacenar este alimento ya que su proceso de deterioro se acelera con la humedad y el limón pierde frescura, su piel comienza a secarse, se genera moho y hasta puede reducirse el jugo que podría llegar a aportar.
Entonces, si quieres conservar por más tiempos los limones es aconsejable colocarlos en un recipiente ventilado y a temperatura ambiente. De esta manera lograrás que estos alimentos no acumulen humedad y respiren. Otra opción es mantenerlos sumergidos en agua fría y cambiarla cada dos o tres días. De esta manera podrás mantenerlos hidratados y conservar su frescura.
Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
