La tarde del miércoles 24, el cronista y Carlos Villasana presentó el segundo volumen de su libro fotográfico “La ciudad que ya no existe”, en la librería Mauricio Achar de Gandhi, sobre la avenida Miguel Ángel de Quevedo, en Coyoacán.

La experta en historia de México, Isabel Revuelta Poo, fue la presentadora del libro y quien entrevistó a Villasana, a la vez que compartió con el público detalles del proceso creativo de su segunda entrega bajo el sello Planeta Editorial.

El segundo volumen de "La ciudad que ya no existe" se lanzó con un precio y formato que lo hacen más accesible que otros libros de fotografía. ESPECIAL.
El segundo volumen de "La ciudad que ya no existe" se lanzó con un precio y formato que lo hacen más accesible que otros libros de fotografía. ESPECIAL.

Revuelta Poo, quien también figura en el libro como comentarista de las imágenes, arrancó la plática con Villasana con una reflexión: la similitud entre el trabajo del autor con el del historiador Guillermo Tovar y de Teresa.

-¿De dónde sale esa pasión por buscar lo que no estaba en tu época, pero que haces tan tuyo?

“El primer libro con el que tuve este acercamiento a la fotografía fue la colección de Casasola. Yo creo que muchos jóvenes crecimos con ése y ‘La ciudad de los Palacios’. Se me quedó la manera de referirse a que, por ejemplo en la zona de La Piedad, no quedó ni una piedra, sólo el puro nombre.

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“Aparte, mi papá fue fundador del Sistema de Telesecundaria y me traía postales de sus viajes de trabajo en toda la República; con mi mamá, maestra de Historia, yo iba a los tianguis a comprar y ahí empecé a elegir fotos, me parecía sorprendente todo el trabajo de estos fotógrafos que después fui comprendiendo quiénes eran”, compartió el también coleccionista de postales antiguas.

-Eso que haces tú de contar las historias, me parece que tienes esa veta y ese ojo. Cuéntanos de esta estructura que no tenías en el primer libro.

Al responder se dijo sorprendido, tanto él como la casa editorial, “porque todas las propuestas de libros de fotografía son de fotógrafos consagrados, libros enormes, los coffee table books. En cambio pusimos fotos anónimas, de quién sabe quién, que merecían salir a la luz”.

Las fotos favoritas de Carlos Villasana son las que capturan a la Ciudad de México del siglo XX (de ahí la temática de su libro álbum), pero en este evento reveló que tiene fotos de todo México en su colección. ESPECIAL.
Las fotos favoritas de Carlos Villasana son las que capturan a la Ciudad de México del siglo XX (de ahí la temática de su libro álbum), pero en este evento reveló que tiene fotos de todo México en su colección. ESPECIAL.

El cronista explicó que este segundo volumen tiene otro orden [respecto al primero] y que la propuesta es un poco más humana. “Es padrísimo cómo conecta uno con fotografías en las que no sale uno, hay cosas como la infancia, la niñez, lugares en común que automáticamente nos hacen querer decir algo, una historia”.

Isabel agregó: “Estás diciendo ´de quién sabe quién´, pero esa es la magia, porque ´quién sabe quién´ somos todos, todo aquel que haya estado en esta ciudad hemos hilvanado en ella”.

A petición de Villasana, Isabel Revuelta compartió su propia experiencia con las fotografías del libro. La historiadora del arte expresó que su imagen preferida del libro es una foto del Hotel de México, ahora llamado World Trade Center, porque ese espacio fue su primer acercamiento con este país y un vínculo con su padre.

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-Caray, que exista una foto que a mí me iba a recordar todo eso, toda esa parte de mi historia… lo que tú haces, ¿no sientes que es un poco de magia?

“Bueno, en esa foto también me sorprende que cada minuto pasa, y ya no existe ese minuto, y esta ciudad se transforma. Eso me llama muchísimo la atención, los cambios y todo lo que nos lleva al recuerdo.

El evento se extendió por más de una hora. Algunos asistentes se dijeron lectores recurrentes de Villasana desde la publicación de su primer libro en 2021. Foto: Angélica Navarrete/EL UNIVERSAL.
El evento se extendió por más de una hora. Algunos asistentes se dijeron lectores recurrentes de Villasana desde la publicación de su primer libro en 2021. Foto: Angélica Navarrete/EL UNIVERSAL.

“El otro libro es un poco más de estructuras [arquitectónicas] y este va a las personas. Por ejemplo, de la fuente de Tláloc, es una obra de Diego Rivera, pero no está Diego Rivera, están los albañiles que pusieron cada piedra, que seguramente tuvieron adversidades y luego ya se olvida quiénes son los que construyeron ese México, esa ciudad.

“Con Frida Sánchez, que le tocó la selección de fotos, hablábamos de que si le encargaras esa selección a otra persona, sería toda otra selección”.

-No sé si tú recuerdas esos noticieros, esos documentales, que veías en el cine unos minutitos, los de Demetrio Bilbatúa, ¿el libro es una especie de?

“En mi familia estábamos acostumbrados a que alguien era como el vigilante de los álbumes familiares y cada Navidad o cada que estábamos todos juntos los veíamos. Esto para mí es algo parecido, como un álbum que todos podemos ver.

Durante la ronda de preguntas y respuestas, el tema que más interesó al público son los planes para la Colección Villasana a futuro lejano o ante alguna eventualidad. Foto: Angélica Navarrete/EL UNIVERSAL.
Durante la ronda de preguntas y respuestas, el tema que más interesó al público son los planes para la Colección Villasana a futuro lejano o ante alguna eventualidad. Foto: Angélica Navarrete/EL UNIVERSAL.

“Sí es un rescate de la memoria, pero también, creo que en cierta medida nos hace pensar en nuestra propia existencia y en cómo nos van a recordar, en quién se va a encargar de resguardar eso en nuestra familia.

“Es contradictorio que muchos de los álbumes de los años 70, 80, sigan ahí, en casa de nuestros papás, y nuestras memorias de hace ocho años ya valieron porque perdimos el celular y nada más las tenemos en la mente”.

Para cerrar, Isabel Revuelta relató que en un recorrido reciente por el Templo Mayor, el arqueólogo Leonardo López Luján mostró una ofrenda en la escalinata de Tláloc, donde los mexicas conservaron con especial cuidado artefactos provenientes de Teotihuacan.

“Los mexicas ya hacían arqueología, les importaba el pasado, quiénes estuvieron antes que nosotros… Esa actitud, esa actividad, esa pasión que tenemos por encontrar lo de otros, tú lo haces con la imagen”.

Carlos Villasana convivió con los seguidores que se acercaron a la firma de libros. Foto: Angélica Navarrete/EL UNIVERSAL.
Carlos Villasana convivió con los seguidores que se acercaron a la firma de libros. Foto: Angélica Navarrete/EL UNIVERSAL.

Después de una amena entrevista-presentación, se destinó un tiempo para preguntas y comentarios del público. Al terminar la sesión, los presentes que adquirieron el libro hicieron una fila para que el autor les dedicara y firmara sus libros.

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