La lectura es una actividad fundamental para el desarrollo cognitivo de niños y jóvenes, ya que contribuye significativamente a su capacidad de comprensión, pensamiento crítico y creatividad. Cinco razones que hacen de la lectura una competencia esencial son: 1) expone a los niños a un vocabulario más amplio, facilitando la adquisición y el uso preciso del lenguaje, 2) fortalece la capacidad de razonamiento, ya que implica comprender, analizar e interpretar ideas, 3) ayuda a mejorar la capacidad de concentración y retención de información, 4) mejora la comprensión y el desempeño en otras asignaturas como matemáticas, ciencias y humanidades, 5) fomenta el autodidactismo, lo que los prepara para el aprendizaje continuo a lo largo de su vida.

Históricamente, el Sistema Educativo Mexicano ha sido poco eficaz para enseñar a leer bien a sus estudiantes, quienes acarrean rezagos importantes desde los primeros grados de escolaridad. Está ampliamente documentado que al término del tercer grado de primaria los escolares deben pasar de la etapa de aprender a leer, a leer para aprender. Quienes no logran dar este paso presentan problemas de aprendizaje que se van acumulando durante su vida escolar. De aquí la importancia de realizar estudios nacionales que nos den información al respecto. Por ejemplo, el extinto INEE encontró sistemáticamente que, a nivel nacional, una cuarta parte de los escolares de tercer grado presentaban serios problemas para comprender textos y que cerca del 40% de los estudiantes indígenas sufrían esta condición. Sin esta habilidad lectora el estudiante enfrentará muchos problemas de aprendizaje en los grados superiores, en los que se espera que se aprenda más de los libros que de las clases. Por desgracia, esta deficiencia no es fácil de superar sin un programa eficaz, razón por la cual cerca de la mitad de los estudiantes mexicanos cuando terminan la educación básica no entienden lo que leen (PISA-2022).

La pobre formación lectora influye determinantemente en los hábitos de lectura de la población adulta, que son muy importantes para el desarrollo personal, profesional y social de los ciudadanos, ya que les permite estar informados, tener una mejor comunicación, comprender de mejor manera los problemas políticos, económicos y sociales de un país. Por su importancia, el INEGI realiza anualmente, desde 2015, la encuesta del Módulo de Lectura (MOLEC), para conocer los hábitos de la población adulta alfabeta mexicana (18 años o más).

Algunos resultados de 2024, fueron los siguientes: 1) 70% han leído en el año algún material impreso (libros, revistas, periódicos) o digital (páginas de Internet, blogs, foros), lo que representa una disminución de 14.6 puntos porcentuales respecto a 2015, 2) esta disminución afectó menos a las mujeres y al grupo de edad de 18 a 24 años, 3) los materiales que más dejaron de leer los mexicanos fueron los periódicos y las revistas, con una disminución de 32 y 26 puntos porcentuales, respectivamente, mientras que la lectura de los materiales digitales tuvieron un ligero aumento, 4) la lectura de libros disminuyó de 50 a 44%, 5) casi 40% de los lectores afirma tener muchos o algunos problemas para comprender lo que lee, 6) en 2024, se leyó un promedio de 3.2 libros al año, mientras que en 2015 fue de 3.6 —cifras que contrastan con las de Canadá (17) y EU (12)—, 7) el principal motivo de la lectura fue el entretenimiento (41.4%), 8) el 40% dice no tener libros en casa distintos a los libros de texto, casi la mitad no observó a sus padres leer en casa, a 66% no les leyeron su padres o tutores cuando eran infantes y a 70% no les fomentaron asistir a bibliotecas.

El fomento a la lectura en casa y en la escuela explica las diferencias en los hábitos de lectura.

En síntesis, en México se enseña mal la lectura, lo que determina que no seamos un país de lectores. Esto lo confirma los datos de la UNESCO, en el sentido de que ocupamos la posición 105 en el ámbito internacional, al respecto. Para finalizar, hay que decir que la falta de hábitos de lectura suele estar vinculada con bajos niveles educativos, lo que perpetúa la pobreza y la desigualdad social. Las personas con dificultades de comprensión lectora tienen menos oportunidades de acceder a mejores empleos y condiciones de vida. Un país con bajos hábitos de lectura enfrenta grandes desafíos en educación, economía, democracia y bienestar social. Es fundamental que este gobierno, que se dice humanista y científico, implemente programas que mejoren y promuevan la lectura desde la infancia, fomentando una cultura del conocimiento que impulse el progreso y el desarrollo sostenible de la nación.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa. @EduardoBackhoff

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