Este lunes Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de los Estados Unidos, y entre sus propuestas más polémicas está designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés).
Designar a los cárteles como FTO representaría un cambio radical en la manera en que Estados Unidos enfrentaría al narcotráfico, ya que esta categoría tiene un peso legal significativo. De acuerdo con sus leyes, al ser designadas como terroristas, estas organizaciones quedarían sujetas a sanciones económicas, financieras y penales, incluyendo:
- Congelación de activos financieros: Cualquier recurso económico ligado a estos grupos en el sistema financiero estadounidense sería inmediatamente bloqueado.
- Persecución judicial ampliada: Proveer apoyo material o recursos a estos grupos se consideraría un delito grave, ampliando el margen de acción contra colaboradores o facilitadores.
- Posible justificación para operaciones militares: Aunque no automática, esta designación podría abrir la puerta a intervenciones unilaterales bajo el pretexto de combatir al terrorismo que atenta contra ellos.
México ha sido claro en su rechazo a esta designación, argumentando que esto representaría una intromisión en nuestra soberanía (cosa que dudo mucho le importe a Trump). Si Estados Unidos persiste en esta narrativa, afectaría no sólo la cooperación en temas de seguridad, sino también aspectos clave como comercio y migración. Y nosotros llevamos las de perder.
Personalmente me temo que la designación pudiera ser un factor que detone, aún más, la violencia. Los cárteles, que ya operan con niveles alarmantes de brutalidad y con capacidad de respuesta violenta y desproporcionada, podrían responder agresivamente en contra de objetivos relacionados con nuestro vecino del norte (instalaciones, empresas, residentes, turistas, etc).
Ahora, el argumento para esta designación radica en las características que los cárteles comparten con grupos terroristas: violencia extrema, intimidación de la población civil, coacción de gobiernos y la amenaza que representan para su Seguridad Nacional.
Sin embargo, para los académicos más puristas, hay diferencias fundamentales. Los cárteles buscan poder económico mediante actividades ilícitas como el tráfico de drogas, mientras que los grupos terroristas suelen tener motivaciones ideológicas.
¿Pero cómo describir entonces a quienes siembran el terror en la población, someten a las autoridades y operan con niveles de violencia inhumanos? Estas bestias utilizan armamento militar, perpetran ejecuciones diarias, torturan, desaparecen personas y llevan a cabo masacres indiscriminadas. Atacan a las fuerzas de seguridad con minas terrestres y drones cargados de explosivos. Las cifras son devastadoras: 200 mil asesinatos y más de 50 mil desaparecidos en el sexenio pasado. ¿Si se entiende el impacto de todo esto en nuestro diario acontecer?
Entiendo muy bien la intención de etiquetar a los cárteles como lo que son; organizaciones brutalmente sanguinarias, sin escrúpulos y con mucho capital, pero no estoy tan seguro de que la designación de FTO sea la herramienta adecuada.
La experiencia demuestra que las medidas unilaterales rara vez son efectivas para abordar problemas tan complejos. Y más allá de las sanciones, se requiere que se desmonten redes profundamente corruptas de protección institucional construidas por años en nuestro sistema político.
Para concluir, esta designación podría tener efectos inmediatos con grandes ganancias políticas entre el electorado trumpista, pero también repercusiones desconocidas y muy probablemente no deseadas.
La historia aún está por escribirse, pero las consecuencias de esta decisión en particular, marcará, para bien o para mal, un antes y un después en la relación entre ambos países.
POSTDATA – Cuatro exmandatarios estatales de Morena en Chiapas, Morelos, Tabasco y Veracruz enfrentan señalamientos y acusaciones, no de la oposición, sino de sus propios correligionarios por vínculos con el crimen organizado. No me queda la menor duda, Genaro García Luna, tarde o temprano, tendrá compañía.
Consultor en seguridad y manejo de crisis
@CarlosSeoaneN