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Santiago.— Los chilenos rechazaron ayer en un plebiscito la propuesta de Constitución redactada por un consejo dominado por la ultraderecha, con lo que seguirá vigente la Carta Magna impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet.
Escrutados 99% de los votos, la opción “En contra” se impuso por 55.75% de los votos, mientras que el “A favor” consiguió un 44.254%, de acuerdo con el Servicio Electoral (Servel).
La diferencia fue, eso sí, menos amplia que en la votación de la primera propuesta, elaborado por una mayoría de izquierda. En el plebiscito de septiembre de 2022, el no ganó con 61.89% de votos, contra 38.11% que votaron sí.
Con este resultado, se cierra, al menos durante la presidencia de Gabriel Boric (2022-2026) el debate constitucional, porque el mandatario progresista ya ha dicho que no impulsará un tercer proceso constituyente.
“Algunos dicen que las elecciones no se ganan ni se pierden, sino que se interpretan. Los republicanos somos distintos, cuando ganamos, ganamos, y cuando perdemos, perdemos. Esta noche [domingo] una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que nosotros impulsamos. Reconocemos esa derrota con mucha claridad. Fracasamos en el esfuerzo por convencer a los chilenos de que esta era una mejor Constitución que la vigente”, reconoció el presidente del Partido Republicano, el ultra derechista José Antonio Kast, gran impulsor del proyecto y para quien el resultado representa un duro golpe.
“A ver si después de dos procesos fallidos se consolida en Chile la necesidad de llegar a acuerdos porque finalmente el primer proyecto [rechazado] era de la izquierda y el segundo de la derecha”, dijo por su parte el presidente de la Democracia Cristina, Alberto Undurraga (centro).
Mientras que tanto la derecha tradicional y la ultraderecha defendían que la propuesta se hacía cargo del problema de la inseguridad y ponía fin a la incertidumbre institucional que generaron las masivas protestas de 2019, la izquierda aseguraba que el texto era “dogmático” y profundizaba en el modelo neoliberal implantado durante el régimen militar.
“Independientemente del resultado, vamos a seguir trabajando por las prioridades de la gente”, dijo tras depositar su voto el presidente Boric, quien no se ha involucrado directamente en esta elección, a diferencia de lo que hizo en el plebiscito del año pasado. Los partidos oficialistas que respaldan a Boric expresaron su satisfacción por el resultado. “Quedó en manifiesto que la mirada de sociedad de Kast y la mayoría circunstancial que se formó al inicio del proceso no forma parte de la aspiración de las familias chilenas”, dijo Paulina Vodanovic, presidenta del Partido Socialista (PS).
La opción de rechazar la propuesta constitucional se impuso en la mayoría de las 16 regiones del país, especialmente en la capital, Valparaíso (centro) y la norteña Antofagasta.
Aunque reformada varias veces en democracia, el cambio de la Constitución de Pinochet era una vieja aspiración de la izquierda chilena, que apunta a su origen ilegítimo y la escasa protección que establece de derechos sociales como salud, vivienda, pensiones y educación. Sin embargo, la propuesta votada ayer era todavía más conservadora que la Carta Magna existente. “Yo siempre prefiero algo malo que algo pésimo”, indicó al votar la expresidenta socialista Michelle Bachelet.
La propuesta incluía varios temas polémicos. Entre ellos, la migración, al proponer expulsiones en el menor tiempo posible y una policía fronteriza que patrulle y ejerza el control territorial.
También tenía otro artículo que consagraba “el derecho a la vida de quien está por nacer”, una norma que, de haberse aprobado, habría colisionado con la ley que permite la interrupción del embarazo bajo ciertas circunstancias.