Bruselas.— El futuro de la vacuna de AstraZeneca/Oxford contra el coronavirus en Europa, y quizá más allá, es incierto: por lo pronto son ya 20 países que toman medidas preventivas, ya sea suspendiendo total o parcialmente la aplicación de sus dosis, tras detectarse casos de trombosis.

En Europa, Alemania, Francia, Italia, España, Portugal, Eslovenia, Irlanda, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bulgaria y Luxemburgo suspendieron la vacunación con la dosis de AstraZeneca; Austria, Estonia y Lituania retiraron lotes específicos y suspendieron la vacunación parcialmente. Fuera de este continente, otros tres países: República Democrática del Congo, Indonesia y Tailandia suspendieron su esquema sanitario con la fórmula de la compañía anglo-sueca.

Los países europeos están a la espera de la reunión de emergencia a la que convocó para este jueves la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para evaluar la situación, aunque hasta ahora la agencia insiste en que “los beneficios superan los riesgos” y recomienda seguir usando esta vacuna, una de las tres aprobadas en territorio europeo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunirá hoy para ver el tema, aunque ayer la responsable científica de la institución, Soumya Swaminathan, sub-rayó que “no queremos que la gente entre en pánico y, por el momento, recomendamos que los países sigan vacunando con AstraZeneca. La farmacéutica insiste en que no hay pruebas de que los casos de trombosis estén ligados a la vacuna. De acuerdo con su recuento, en la UE y en Reino Unido se han registrado hasta el momento 15 casos de trombosis venosa profunda (cuando se forman coágulos en la sangre) y 22 de embolia pulmonar (cuando un coágulo entra a los pulmones) entre los vacunados.

Pero los países europeos no están dispuestos a correr el riesgo. “Creo que necesitamos velocidad, no sólo por la economía, sino sobre todo por la salud de los ciudadanos, pero al mismo tiempo necesitamos certeza, así que las medidas preventivas son justificadas”, dijo el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.

Los ojos están puestos en lo que diga el jueves la EMA, porque la suspensión representa un duro revés para los países europeos que ya de por sí han avanzado con mucha lentitud en el ritmo de vacunación, algo que ha desatado críticas en países como Alemania. La UE pone parte de la culpa también en AstraZeneca, a la que acusa de haber entregado apenas 10% de las dosis que había comprometido para estas fechas.

Y el retraso se da también en medio de un nuevo ascenso en las cifras de contagios que llevó a países como Italia a dictar un nuevo confinamiento que afecta a casi 42 millones de personas, con la prohibición de salir de casa si no es para trabajar o motivos de necesidad, y con 80% de los estudiantes siguiendo las clases por internet.

Los expertos insisten en que hay pocas señales de preocupación. “No veo ninguna señal fuerte como para justificar que esa vacuna sea retirada”, dijo a NBC News Michael Head, investigador de salud global en la Universidad de Southampton, Reino Unido.

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