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Decir Rías Baixas es hablar de historia y tradición productiva, de diversidad, cultura, gastronomía , influencia atlántica… ¡Sí!, también es apuntar a una de las máximas referencias de la vitivinicultura mundial.
En los últimos días Rías Baixas ha sido el centro de mi universo. Junto a un nutrido grupo de sommeliers y colegas mexicanos, he recorrido las subzonas productivas de esta denominación de origen española para descubrir sus más grandes vinos: esos que brillan por su frescura, acidez y aromaticidad. No, querido lector, no todo es Albariño.
A pesar de su larga historia productiva, el auge del vino permeó en este territorio hace 38 años, con la creación de la denominación de origen Rías Baixas, en 1988. Bajo un esquema de “minifundio”, en el que 21 mil 626 pequeñas parcelas y cinco mil 323 viticultores realizan una viticultura manual sobre variedades autóctonas, totalmente diferenciada por su propio sistema de conducción,(el emparrado), esta denominación ha logrado construir una sólida industria. Ahí le va un dato interesante: las cuatro mil 26 hectáreas de viñedos plantados en la D.O. Rías Baixas son responsables del 44 por ciento de toda la producción vinícola de Galicia . La cifra es relevante, más aún si recordamos que en esta región la vid sigue siendo un elemento del sistema de cultivo mixto dedicado, literalmente, a dividir o bordear las parcelas agrícolas.
Sobre los vinos
. Primero es necesario decir que Rías Baixas es una denominación plurivarietal, capaz de dar vida a múltiples tipologías de vinos , cada una con sus matices, formas y riquezas sensoriales. Es cierto, la Albariño representa más del 90 por ciento de los vinos locales. Sin embargo, también hay cabida para otras cepas autóctonas, que brindan diversidad e identidad: Loureira Blanca, Treixadura, Caíño, Torrontés , Godello , Espadeiro, Loureira Tinta, Sousón, Mencía y Pedral, entre otras. Segundo, ¡no todo son vinos blancos tranquilos jóvenes! A lo largo de las cinco subzonas que integran la denominación de origen (Ribeira do Ulla, Val do Salnés, Condado de Tea, O Rosal y Soutomaior) es posible hallar blancos con crianza en barrica, espumosos elaborados por método tradicional e incluso monovarietales jóvenes de Caíño Tinto, Espadeiro, Castañal, Brancellao y otras cepas tintas.
¿Vinos relevantes…? Yo diría proyectos. Entre lo sorprendente hay que mencionar a Pazo de Señoráns, bodega fundada por Marisol Bueno y Javier Mareque, y dedicada a la producción de caldos que reflejan las características de la región y de la propia variedad Albariño. Adegas Galegas, con las etiquetas de Veigadares y el D. Pedro de Soutomaior, considerado entre los mejores blancos de España . Quinta de Couselo, en la subzona de O Rosal, que vinifica sorprendentes Albariños combinados con Loureira y Caíño. Y Pazo Baión, una de las vinícolas más propositivas de la denominación, que incluso incursiona positivamente en la producción de Albariños botritizados.
$ 525.00
EL PALACIO DE HIERRO
Mar de Frades
Albariño
Zona de producción: Val do Salnés, D.O. Rías Baixas.
Vista: color limón pálido, limpio y brillante.
Nariz: intensos aromas florales, con destellos de litchi, cítricos, pera y hierba fresca, con sutiles matices yodados de fondo.
Boca: un blanco vivo, fresco y deliciosamente mineral, con excelente expresión frutal y perfecto balance alcohólico