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El uso de plantas medicinales es una práctica común en todo el mundo, pues forman parte de los saberes tradicionales transmitidos de generación en generación.
Aquí se esconden tesoros que desde su descubrimiento hasta la actualidad se consideran alternativas en la cocina y en el campo de la salud, para muestra la pupusa.
Originarias de las laderas de los Andes en Argentina, dicha planta puede ofrecer numerosos beneficios cuando se integra en recetas o se consume sola. Descúbrelos todos en Menú.

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¿Qué es la pupusa?
También conocida como "hierba del insomnio" o por su nombre científico "Werneria poposa", el Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales de Chile describe a la pupusa como una planta aromática de "rizoma grueso, tallos cortos y ramosos, hojas carnosas cubiertas de una fina lana blanca y flores reunidas en capítulos".
De acuerdo con el proyecto Flora de Argentina y del Cono Sur, esta especie se localiza en las montañas altas del sur de Perú, el norte de Chile y el noroeste de Argentina; crece sobre suelos secos, cerca del límite de las nieves y a altitudes que van de los 4,600 a los 5,300 metros sobre el nivel del mar.
Su nombre es una palabra quechua. Según un artículo del Museo de la Vid y el Vino en Argentina, significa “ombligo” y al añadir “pusa”, que quiere decir “inflado” o “hinchado”, alude a su uso terapéutico durante el parto dentro de culturas antiguas.
De igual manera, el Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales de Chile señala que la pupusa formaba parte de las especies botánicas utilizadas por los pueblos prehispánicos chilenos.
Aunque su popularidad se mantiene hasta hoy gracias a sus propiedades para combatir el insomnio, calmar los nervios, aliviar dolores del estómago y de cabeza.
También cuenta con diversos usos gastronómicos, entre los que destaca como condimento para recetas o infusiones.

¿Para qué sirve comer la planta pupusa?
Como lo mencionamos anteriormente, su principal uso proviene de la medicina tradicional. El Museo de la Vid y el Vino explica que la pupusa se emplea para aliviar el mal de altura, tratar afecciones respiratorias y como digestivo natural.
En el noroeste argentino, distintas comunidades la consumen para combatir el soroche (mal de montaña) e incluso solían mezclarla con mate para calmar la tos. Y por muchos años fue considerada un remedio tradicional para los dolores del parto, molestias estomacales, diarrea y flatulencias.
En la actualidad, un artículo de la Revista de Fitoterapia señala que esta planta contiene nutrientes benéficos. Desde pequeñas cantidades de alcaloides hasta una presencia destacada de compuestos como los terpenos, esteroles, flavonoides y cumarinas.
Asimismo, se ha comprobado que sus aceites y extractos actúan contra bacterias como Staphylococcus aureus, Bacillus subtilis y Micrococcus flavus.
Los anteriores hallazgos respaldan el uso ancestral de la pupusa como antiinflamatorio, analgésico y anti microbiano.
¿Cómo consumir la pupusa?
Por lo general, la pupusa se combina con mate, infusión tradicional sudamericana elaborada a base de yerba y que se sirve en un cuenco de madera o metal.
Otra manera de consumir dicha planta es como infusión. Tal como lo indica el Centro Cultural Argentino de Montaña, en este caso se prepara con 20 g de flores por cada litro de agua; luego se deja hervir y se toma caliente.
Si te interesa consumirla en bebidas, lo importante es tapar la infusión durante de 5 a 10 minutos para evitar que se evaporen los aceites esenciales y se pierdan sus compuestos activos.

Con usos que van desde lo medicinal hasta lo gastronómico, la pupusa continúa siendo parte fundamental en la alimentación de Latinoamérica.
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