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Dentro de una jornada de una semana dedicada al vino mexicano , se llevó a cabo la cuarta edición de Banorte Nación de Vinos . Esta iniciativa, cuyo principal propósito es el de crear puentes para acercar el vino a los consumidores, a través de distintas experiencias que enriquecen la cadena de valor de esta creciente industria, reunió a más de dos mil invitados en tan solo dos días.
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Este 25 y 26 de enero, los jardines del Campo Marte fueron la sede para la versión más ambiciosa de este proyecto. Con más de cuatro mil metros cuadrados de exposición, alrededor de 80 bodegas y oferta culinaria de primer nivel, Banorte Nación de Vinos permitió a los amantes del vino conectar de manera directa con productores y expertos del tema.
Foto: Esteban Torreblanca / EL UNIVERSAL
La cuarta edición de este evento que conjunta esfuerzos para transmitir la importancia de una industria que crece a pasos agigantados tanto en calidad como en importancia económica tuvo actividades como catas con importantes figuras de la enología y la vitivinicultura .
El piso de exposición estuvo segmentado en cuatro pabellones dedicados a vinos tintos, vinos blancos, vinos rosados y vinos espumosos, colocando en cada sección a los mejores exponentes del vino mexicano.
Todas las regiones vitivinícolas del país estuvieron representadas, desde bodegas familiares con producciones limitadas hasta grandes marcas consolidadas a través de los años. Sin duda, Banorte Nación de Vinos es la plataforma perfecta para descubrir y entender el trabajo que se lleva a cabo día con día para lograr embotellar aroma, esencia, terruño y pasión en las casas productoras de vino mexicano.
Foto: Esteban Torreblanca / EL UNIVERSAL
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La oferta culinaria no podía quedarse atrás. Por ello, se eligieron ocho diferentes exponentes de la gastronomía del país para ser los acompañantes de las más interesantes etiquetas de vino del país. Chefs y restaurantes reconocidos y galardonados en la industria de alimentos y bebidas a nivel mundial deleitaron a los asistentes con sus creaciones.
Quintonil, Rosetta, Ticuchi, Contramar, Fauna, Pangea, Nicos y La Docena fueron los encargados de hacer brillar a los vinos a través de bocados gloriosos como el buñuelo de viento con filete de res del chef Gerardo Vázquez Lugo, el caldo de frijol bayo con espuma de trufa del chef Eduardo Morali, las tostadas de atún y las pescadillas de la chef Gabriela Cámara y el siempre perfecto rol de guayaba de la chef Elena Reygadas.
Foto: Esteban Torreblanca / EL UNIVERSAL
Uno de los cambios que ya pueden verse dentro de la industria vitivinícola es la importancia que ha tomado la conciencia ambiental en cuestión de métodos, procesos y recursos. Desde el uso de materiales más amigables con el ambiente, hasta el manejo de residuos de producción y seguramente será un tema recurrente en el futuro.
Nación de Vinos logró reunir a lo mejor del vino mexicano en un solo lugar y ayudó a crear lazos entre propietarios, productores, restauranteros, consumidores y muchos otros agentes parte de la cadena de valor de esta importante industria.
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