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Los bolillos son un clásico de la panadería mexicana siempre presente en nuestras mesas. Con su crujiente exterior y su suave miga, el bolillo, es ese elemento perfecto para acompañar sabores dulces y salados.
Ya sea en la popular torta de jamón, en la tradicional torta de tamal, en unos molletes calientitos, con unos chilaquiles picositos, con un chocolate espumoso o hasta para calamar el susto, el bolillo es ese fiel acompañante en la mesa mexicana.
¿Cómo te caería un bolillo recién horneado? Si bien puedes comprarlo en la panadería de la esquina, hacer bolillos en casa es muy fácil, la clave está en cuidar cada detalle del proceso. En Menú te compartimos los mejores tips para hacer bolillos del chef Isaac Hernández Herrera de Corasán Taller de Pan Artesanal.
Ingredientes enriquecedores
Para lograr un buen bolillo, es esencial contar con ingredientes de calidad que enriquezcan la masa aportando sabor y textura. La harina de trigo que seleccionemos debe tener un alto contenido de proteína para que el bolillo desarrolle un buen volumen y una textura esponjosa.
Aunque muchas panaderías utilizan manteca vegetal para hacer bolillos, la manteca de cerdo sigue siendo insustituible. Este ingrediente no solo realza el sabor, sino que también confiere al bolillo su carácter único, algo que es imposible de replicar con otras grasas.
Finalmente, es fundamental incluir un toque de azúcar para proporcionar esa sutil dulzura característica del bolillo, sin llegar a ser abrumadora.
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Un buen amasado
El amasado es esencial para lograr la textura ideal en tus bolillos. Si no hay un buen amasado, el gluten no se desarrollará de manera adecuada, lo que dará como resultado bolillos más pequeños y apelmasados. Por ello, es crucial dedicar el tiempo necesario al amasado, creando una masa firme y elástica que garantice un bolillo que crezca adecuadamente en el horno, logrando esa característica textura suave y esponjosa.
Fermentación adecuada
Otro aspecto clave en la elaboración de bolillos es la fermentación, pues una fermentación adecuada asegura una corteza crujiente por fuera y una miga ligera por dentro. Este proceso requiere un tiempo suficiente para que los ingredientes se integren y los sabores se intensifiquen, lo que resulta en un bolillo más sabroso y bien estructurado.
Suficiente tiempo de reposo
El tiempo de reposo es otro aspecto crucial en la elaboración de bolillos, ya que contribuye a conseguir esa miga compacta y suave tan característica. Dejar reposar la masa el tiempo necesario, no solo logra mejorar la textura final del bolillo, sino que también se potencia el sabor, permitiendo que los ingredientes se integren de manera armoniosa.
Horneado a alta temperatura
El horneado es otro factor determinante para lograr bolillos con una corteza crujiente y el característico brillo que los hace tan atractivos. Para obtener este resultado, es fundamental hornear a temperaturas altas, idealmente por encima de los 240 ºC. Si se hornea a temperaturas más bajas, el bolillo corre el riesgo de no desarrollar adecuadamente su corteza, resultando en un pan con una textura blanda y poco apetecible.
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Uso de vapor
El vapor es fundamental durante el horneado del bolillo. Si no generamos vapor desde el inicio del horneado, nuestro bolillo no tendrá el color dorado ni la corteza crujiente que lo caracteriza. Una manera sencilla de crear vapor en el horno es utilizando un recipiente de hierro fundido o de repostería al que se le puede añadir un chorrito de agua caliente justo antes de cerrar el horno.
Otra opción efectiva es usar un atomizador para rociar agua directamente en las paredes o el fondo del horno al momento de introducir los bolillos. Este contacto con las superficies calientes genera la cantidad de vapor necesaria para que la corteza adquiera ese dorado crujiente.
Ahora que ya te sabes los mejores tips para hacer bolillos, ¿te gustaría preparar este popular pan desde la comodidad de tu casa? Aquí te dejamos nuestra mejor receta para que no te quedes con las ganas de disfrutar de unos bolillos recién horneados: