Monterrey.— Para evitar que los abusos sexuales contra menores de edad por parte de sacerdotes se sigan cometiendo y se mantengan impunes, la Iglesia y las autoridades deben trabajar en conjunto, se destacó en el primer Foro nacional Derechos de la Infancia ante la pederastia clerical, que inició ayer en esta ciudad.
Heriberto Cavazos Pérez, obispo auxiliar y vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey, agradeció a las víctimas de la pederastia presentes en el encuentro la oportunidad de escucharlos, y les pidió perdón a título personal y a nombre del presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) , Rogelio Cabrera López.
Admitió que cuando se hicieron públicos los casos de pederastia dentro de la Iglesia, a finales del siglo pasado y a principios del actual, había poca experiencia para abordar el problema, y fue hasta octubre de 2016 que el Episcopado Mexicano dio a conocer un protocolo para tratar los casos y buscar que las víctimas de abuso sexual sean atendidas en la búsqueda de justicia.
Entre los puntos que considera esa guía, citó la protección de menores a través de programas educativos, la educación de los futuros sacerdotes para que no accedan al ministerio de consagración personas que puedan representar peligro para los niños y la cooperación con autoridades civiles para combatir este delito.
Agregó que en la Iglesia local, el arzobispo Rogelio Cabrera, quien tiene poco más de cinco años en la ciudad, creó en 2015 la Comisión diocesana para la tutela de menores y adultos vulnerables, formado por expertos en ciencias humanas y derecho, tanto civil como canónigo, que plantean casos probables de abusos.
“En el periodo del arzobispo Cabrera hemos presentado ocho denuncias de este tipo que están en el Ministerio Público, e incluyen sacerdotes y laicos del servicio pastoral, es nuestro compromiso no permitir que conductas delictivas queden impunes”, dijo.
Joaquín Aguilar, director de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes, quien colabora con la Arquidiócesis de México, a fin de crear un programa integral para proteger a los niños, recordó que fue abusado sexualmente por un sacerdote en la capital del país, y al paso de los años se dio cuenta que era protegido por el cardenal Norberto Rivera, a quien denunció por encubrimiento ante el Tribunal Superior de California.
“Mis padres confiaron en ustedes, me dejaron en sus manos y se aprovecharon de ello, y no sólo eso, hicieron todo un entramado para seguir encubriendo a mis abusadores”, dijo.
Aguilar Méndez señaló que gracias a un grupo de ex Legionarios de Cristo, como Alberto Athié y José Barba, logró que se tipificara el delito de pederastia a nivel federal, porque ni siquiera existía en México, a nivel local sólo hay 20 estados que lo contemplan y en ninguno del norte del país, por lo que este miércoles presentarán una petición al Congreso del estado para que lo incluya en el código penal.
El activista reconoció que por primera vez la Conferencia del Espiscopado Mexicano está abordando el tema y eso es bueno; sin embargo, consideró que al dejar la aplicación del protocolo en manos de las diócesis o arquidiócesis se propicia que obispos encubran a abusadores como Alfonso Garza, en Piedras Negras, o José Luis Chávez Botello, en Oaxaca.
Hay unos 500 casos de pederastia clerical acumulados desde la década de 1960, la mayor parte ocurridos en los 80 y 90; hacia el 2000 hubo una disminución por la mayor difusión del tema, comentó Aguilar.