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A finales de 1997 se estrenó en Italia una película que cautivó al público y cruzó fronteras, llamando la atención a nivel internacional y sacándole a los espectadores más de una lágrima: “La vida es bella”.
La historia, que dirigió Roberto Benigni, nos regaló también a uno de los más emblemáticos padres del séptimo arte, llamado Guido Orefice, y a quien recordamos bajo el pretexto del Día del Padre.
Interpretado por el propio Benigni (quien también escribió el guión del filme), Guido es un hombre judío que trabaja en una librería y cuya vida cambia cuando, junto a su esposa e hijo, es llevado a un campo de concentración nazi en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
En dicho lugar, padre e hijo son llevados a una zona, mientras que la madre convive con las reclusas mujeres.
El reto de la familia no sólo será sobrevivir a los terrores que ahí suceden, Guido también tiene una misión: hacer que su pequeño no sepa lo que está sucediendo, por lo que le hace creer que todo se trata de un juego.
Este filme ganador en Cannes fue en su momento candidato a llevarse siete premios Oscar, de los que obtuvo Película extranjera, Actor y Banda sonora.
Actualmente está disponible en renta por la plataforma Prime Video.