Cannes.— En la inmensa cola para entrar a la Sala Buñuel y escuchar la clase maestra que y Alexandre Desplat darían con la música como tema principal no sólo había estudiantes de cine, compositores, críticos y periodistas. También estaban realizadores como J. A. Bayona o Michel Hazanavicius.

La larga ovación que recibió el cineasta al entrar al recinto ubicado en el hizo que retumbaran las butacas.

Del Toro y Desplat hablaron de su colaboración juntos en cintas como La forma del agua o Pinocchio, y de lo que cocinan estas semanas para encontrar los acordes de Frankestein, una cinta que Guillermo dijo nada tiene que ver con el horror.

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Del Toro y Desplat platicaron sobre sus experiencias. Foto: Alejandra Musi / EL UNIVERSAL
Del Toro y Desplat platicaron sobre sus experiencias. Foto: Alejandra Musi / EL UNIVERSAL

“Alguien me preguntó el otro día, ‘¿va a tener escenas de mucho miedo? Y fue la primera vez que pensé en esos términos porque Frankestein es una historia muy personal. La considero otra historia profunda en la que estoy cuestionando temas como lo que implica ser un padre, ser un hijo. No estoy intentado hacer una historia de terror, tampoco con la música. Para mí será un filme increíblemente emotivo”, afirmó.

“Cuando me senté a trabajar con Alexandre lo que hicimos fue romper el personaje en temas”.

El cine del realizador mexicano, explicó Desplat, es muy lírico.

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“Mi música lo es también. Frankestein será así. Algo muy emocionante. No estoy intentando escribir música de terror. Estamos buscando algo distinto”, agregó.

Uno de los momentos más divertidos de la charla fue cuando Desplat utilizó el piano para explicar cómo crearon la música para ciertas escenas de La forma del agua.

Cine y música son uno solo

Fue genial ver la escena de la cinta que a Guillermo le causó más impacto cuando era niño y descubrió lo que hacía la música en un filme. Eligió una secuencia de Tiburón, de la cual apuntó:

“Creo que la fusión de esos dos artistas (Steven Spielberg y John Williams) es el secreto. Además, Spielberg tiene un gran ADN de música por su madre y creo que él filma como un compositor y John Williams compone como un director. Es una fusión hermosa”, expresó.

“Con El planeta de los simios fue la primera vez que como niño sentí que la música y el cine eran una misma cosa. Y creo que con Alexandre (Desplat) pasa lo mismo. Él no es un compositor, sino un cineasta. Si ves sus trabajos en otras cintas como la Birth, de Jonathan Glazer, te das cuenta de que nadie más habría podido musicalizar y entender esa larga escena del comienzo en Central Park. Por cierto, tengo que decir que creo que Glazer es lo más cercano que tenemos a (Stanley) Kubrick hoy en día”, agregó.

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Del Toro confesó que si alguien lo impresiona son los compositores.

“Con Alexandre hablamos de emociones. Antes de trabajar con él, nunca iba a las sesiones de grabación de la música. Alexandre fue el primer compositor que me dijo ‘vienes porque tienes que hablarme con tus emociones y decirme lo que sientes’. Así que con él asistí a la primera sesión de composición musical de mis películas. Con Alexandre me di cuenta de cómo con la música continuaba el diálogo”, contó.

Guillermo también compartió que la música es el único momento en el que se sorprende cuando está haciendo una película.

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“Sólo en la sesión de grabación de la música me convierto en espectador de mi propia cinta. Cuando es tás produciendo y dirigiendo te la pasas ‘cocinando’ para todos. Pero cuando llego con Alexandre él ya tiene la mesa puesta. Yo sólo voy ahí a recibir y a probar delicias. En la música encuentras el personaje final. Creo que cuanto más mayor te haces como cineasta, más entiendes que la película te habla. Te callas y escuchas. Y eso es lo que haces con la composición”, reflexionó.

Para Desplat, la clave está en la imaginación.

“Un creador es alguien que puede darle forma a esas ideas (…) Básicamente lo que hago es jugar con todas esas referencias fantasmagóricas que hay alrededor de la historia y las convierto en algo personal”.

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Ambos artistas coincidieron durante la charla en que las emociones siguen siendo un factor central en lo que buscan al crear.

“Fui educado como católico y hay algo que se llama el estado de gracia, que significa cuando emocionalmente tenemos inocencia. Creo que eso es lo que nos permite emocionarnos. Mucho arte está destinado a ser objetivo y distante”.

Del Toro agregó que comparte la idea de que el arte es emoción.

“Soy mexicano y extremadamente sentimental. Alexandre y yo tenemos el acuerdo de que, si yo no lloro al final de la pieza en su estudio, aún no está lista. Y creo que esa es una cosa muy abierta, sincera y arriesgada de hacer hoy en día porque la emoción es el nuevo punk. Es algo que las personas ya no arriesgan. Y nosotros sí”, aseguró el realizador a quien Cannes adora.

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