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Explorador del mal y de los monstruos, sean éstos abusadores de niños, terroristas, brujas o seminaristas, padres o madres, el narrador y guionista peruano Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) vuelve a una historia que transcurre en la franja entre el bien y el mal en su novela El accidente (Seix barral, 2024), en la que explora el mito griego de Medea —la mujer que destruye a sus hijos— a través de la historia de Maritza, una abogada exitosa, madre de dos chicas, mujer perfecta y con el marido ideal, que por un accidente de su hija adolescente llega a la cárcel y entra a un mundo de tinieblas.
“Me interesaba la Medea del mito griego, la mujer que destruye a sus hijos. Me impactó mucho un caso mexicano: el caso de Paulette. Recuerdo que cuando el padre y la madre son detenidos, sospechosos de matar a su hija, toda la sociedad se revuelve contra la madre, no contra el padre, el monstruo es una madre que hace daño a sus hijas, y vi un caso parecido en España, el caso Asunta, que también fue una pareja y también la sociedad estaba horrorizada con la madre. Entonces traté de explorar cómo la mujer se convierte en ese monstruo que nos inquieta y perturba tanto”, asegura el narrador, quien parte de la conciencia de que los monstruos se hacen a partir de los miedos, las pasiones y las preocupaciones humanas.
Narrada desde la voz de Maritza —una Medea contemporánea—, y desde un tiempo actual que refleja todas las oscuridades de Perú, pero que puede ser cualquier país latinoamericano, donde hay criminalidad, violencia, impunidad, una desconfianza absoluta en la policía y un deseo de defender a los hijos por cuenta propia, la historia va avanzando y la mujer que era exitosa va descubriendo que incluso lo que ha logrado es una farsa, su familia es una farsa, su trabajo es una farsa y que nunca ha pertenecido al mundo al que ha creído llegar.
“Maritza representa la crisis de todas esas promesas de que nos hicieron en los 90. No solamente si eres mujer, todos sabemos que si eres pobre lo más probable es que te mueras pobre por muy esforzado que seas, y que si eres rico, aunque seas un perfecto inútil, seguramente te vas a morir rico. Maritza es de mi generación y ha vivido la misma decepción que yo y que toda América Latina respecto de esas promesas que no se cumplieron”, indica.
El autor asegura que a estas alturas aunque sus novelas ocurren en su mayoría en el Perú, en donde no vive desde hace más de 20 años, la realidad es que ese Perú es una especie de Macondo, un país medio inventado en cual “yo sé cómo hablan los personajes y a qué lugares van y cómo se visten, pero en el fondo retrata cosas que he visto por toda América Latina”.
Santiago Roncagliolo parte de saber que lo que se estrella en ese accidente de auto que conduce Patricia, una de las hijas de Maritza, no es el coche de Patricia, es la vida entera de una familia, “esta es la novela de hundimiento de una familia, hundida por un país, hundida por las cosas que pasan en la realidad y por la sociedad. Yo creo que el monstruo Maritza está hecho de una sociedad monstruosa, de una sociedad enferma”.