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Las editoriales argentinas produjeron un total de 25.676.507 ejemplares de libros impresos durante 2020, un retroceso del 34.6 % respecto al año anterior que marca "un récord en la serie histórica", informó este miércoles la Cámara Argentina del Libro (CAL).
Según el informe de producción del libro argentino correspondiente al ejercicio anterior, esta tendencia a la baja se inició en 2015, año en que se imprimieron unos 83 millones de ejemplares, por lo que el desplome acumulado desde entonces es de un 69 %, unas cifras motivadas por la crisis económica que atraviesa el país suramericano desde mediados de 2018.
Asimismo, la cantidad de ejemplares para la primera edición alcanzó su mínimo histórico el año pasado, con tan solo 8 millones, una cifra que representa 0,24 ejemplares de papel por habitante.
Las tiradas también se vieron resentidas, con un volumen promedio de apenas 1.000 ejemplares, "menos de un ejemplar por cada librería del país", señaló la CAL.
"Los lanzamientos editados por el sector editorial comercial muestran una caída en las novedades editadas en papel de un 25 % en relación con 2019, y la tirada de la primera edición decrece un 35 %", indicó la entidad en un comunicado de prensa.
Dichos números se deben en gran parte al cierre de las actividades por el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), que "coincidió con las temporadas altas de producción del sector" entre marzo y la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, a finales de abril.
De esta forma, en abril y mayo del año pasado las novedades editoriales cayeron un 29,1 % y un 36,6 % respecto al mismo mes del año pasado, con tan solo 540 y 528 novedades lanzadas al mercado, respectivamente, tanto en formato físico como electrónico.
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Y las importaciones también mermaron al suponer un total de 39,49 millones de dólares en 2020, un 62,2 % menos que el año anterior, cuando Argentina importó libros por valor de 104,6 millones de dólares.
AUGE DEL LIBRO ELECTRÓNICO
En este contexto, lo único que aumentó de forma considerable durante el año pasado fueron los libros en formato electrónico: de los 6 millones producidos en 2019 se pasaron a 10 millones en 2020.
"La prolongación del ASPO en el área metropolitana de Buenos Aires, el aumento del comercio electrónico y la lectura en línea aceleraron el proceso de digitalización, incorporando el formato digital a los catálogos de las empresas: el 35% de los libros electrónicos publicados en 2020 tenían previamente una versión en papel", indicó la CAL.
De hecho, más de un 30 % de las librerías argentinas abrieron una tienda virtual para recibir algún tipo de facturación durante los peores meses de la pandemia, según otra encuesta realizada por la Comisión de Comercio Interior de la CAL publicada en marzo.
