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Desde la década de los 60, la instalación Dream House, creada por La Monte Young, Marian Zazeela y Jung Hee Choi, ha tenido alrededor de 40 acciones en distintas partes del mundo. Sin embargo —dice la propia Jung Hee Choi, en entrevista— ésta es la primera vez que la Dream House se presenta en algún punto del continente americano que no sea Estados Unidos, “lo cual es muy significativo”. Detalla que cada instalación de Dream House es intrínseca e imperfectamente única porque se adapta a las características arquitectónicas del evento; en esta ocasión se trata del hermoso edificio histórico de la Casa del Lago, que sirvió para crear una instalación memorable, afirma. Pero será, por ejemplo, la primera vez en la que haya un candelabro en la obra.
Para comprender en qué consiste la instalación hay que remitirse a ciertos datos. Dream House es una obra clave en el arte de la segunda mitad del siglo XX y su coautor, La Monte Young, un gigante de la música minimalista y experimental, un nombre esencial.
En la página del festival El Aleph, en cuyo marco se presenta la instalación, se describe que “esta obra pionera explora la interacción entre tonos sostenidos y patrones de luz etéreos, creando un entorno donde la percepción del tiempo y el espacio se altera”. Se trata, retoma la palabra Choi, quien es, además, una de las principales discípulas de La Monte Young, de una obra ininterrumpida en la que, mientras más tiempo pase el espectador inmerso, más profunda será su experiencia tras entrar en contacto con ésta: “Nuestro trabajo se centra en la relación entre el medio y el tiempo. El tiempo es un medio importante para experimentar y comprender este trabajo. El sonido y la luz se miden y se expresan en números. Y eso se convierte, así mismo, en tiempo. Y el concepto de la Dream House se estructura para que el visitante se quede ahí mucho tiempo y que después, si quiere o no, pueda regresar a seguir sintiendo la experiencia”.
Uno puede llegar, entrar, ver poco y salir, pero eso significa que se tendrá una experiencia pequeña de lo que significa la Dream House. “El trabajo, poco a poco, se va desenvolviendo con el desarrollo del tiempo. Para entenderlo es crítico que las personas permanezcan mucho allí. Estar dentro provoca también que el resto del cuerpo escuche el sonido y lo sienta por las frecuencias que están. La experiencia puede ser recíproca y privada al mismo tiempo. Los tonos que se están escuchando cambian mientras alguien se mueve alrededor del espacio de la instalación”.
Dream House, abunda Choi, cambió su vida: “Soy una de las visitantes que han experimentado el cambio. Hay un concepto en el que todo el universo existe como una vibración. La vibración es el sonido, la vibración que es entre 20 Hz y 20 mil Hz que podemos percibir a través de nuestros oídos. Es un concepto universal. Estas frecuencias están explícitamente diseñadas para tener ese tipo de ondas sinusoidales que permiten llegar a un estado de conciencia a lo largo del tiempo y del espacio. El sonido viaja a través del aire, pero en un espacio contenido y diseñado tiene otros efectos también más contenidos, donde uno puede, de una manera, tener bajo control el sonido mismo para dichos efectos”.
"El artista espera que Dream House pueda elevar a los visitantes a la conciencia más alta. Ese es nuestro objetivo final". Aunque es un objetivo, recalca, que va a depender mucho de cada cuerpo, de cada persona y su capacidad de introspección porque, al final, la experiencia se convierte en algo absolutamente privado.
La artista recuerda un concepto llamado vibraciones empáticas, en el que se maneja que los cuerpos son vibraciones que entran en contacto con lo que las rodea. "Y éstas se encuentran con lo que se va a sentir, escuchar y ver ahí".
Choi recuerda que es discípula, en el estricto sentido musical, de La Monte Young y Marian Zazeela: "El aprendizaje a través de una relación de discípulo es diferente al aprendizaje en un salón de clases. No se aprende solamente a través del conocimiento o la información". Es una especie de evolución en vida — finaliza— , una práctica de aprendizaje que depende de ser, en el tiempo real, y estar presente con el maestro.
Dream House puede verse hasta el 25 de mayo, de 11:00 a 18:00 horas, en la Sala Rosario Castellanos.