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Toda la población infantil de cinco años de edad presentan por lo menos tres episodios diarreicos, que en el 95% de los casos se deben a infecciones gastrointestinales, dio a conocer Salvador Villalpando Carreón, jefe del Departamento de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Estas enfermedades se caracterizan por el incremento en la frecuencia de las evacuaciones y disminución en su consistencia, acompañadas de malestar general, fiebre, dolor abdominal y, en casos graves, presencia de sangre en las evacuaciones. Por lo general se deben a agentes infecciosos como rotavirus, enterovirus y adenovirus.
La contaminación de alimentos, así como utensilios que la gente se lleva a la boca, y falta de higiene en el lavado de manos antes de comer y después de ir al baño son las principales causas de estas infecciones.
Villalpando Carreón detalló que cuando un menor presenta cuadros de diarrea se debe mantener la dieta habitual, sin restringir fibras ni lácteos, así como la hidratación mediante el incremento en la ingesta de líquidos. “Es fundamental retirar bebidas azucaradas, deportivas y refrescos porque aumentan el número de evacuaciones”.
El especialista explicó que los menores que se encuentran en la etapa de lactancia, deben continuar con su alimentación normal, pero si toman leche de fórmula, los padres deben asegurarse que no contenga lactosa.
Puntualizó que con esas medidas los eventos diarreicos deben ceder en un periodo no mayor a 48 horas.
Si el infante presenta signos de alarma como: rechazo en la ingesta de líquidos, respiración agitada y presencia de sangre en las heces fecales, es necesario acudir al médico.
Indicó que en caso de que las evacuaciones sobrepasen la cantidad de líquidos que ingiere el menor, se recomienda consumir vida suero oral.
Por último, recomendó mantener adecuadas medidas de higiene en el hogar como lavado de manos, frutas y verduras, limpieza en superficies y preparación de comidas con adecuada cocción, mantenerlas en refrigeración y, principalmente, no medicar o desparasitar sin prescripción de un profesional de la salud.
afcl