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De Juan Manuel Santos siempre se ha dicho que se preparó toda la vida para ser Presidente de la República, y –a juzgar por los hechos– también lo hizo para ponerle punto final a más de cinco décadas de guerra con la Farc.
Desde que tomó posesión en el solio de Bolívar, el 7 de agosto del 2010, dejó claro que la llave de la paz no estaba en el fondo del mar y dispuso, de forma secreta, que se realizaran acercamientos con esa guerrilla para explorar la posibilidad de un diálogo.
Y en Cartagena, el 26 de septiembre, con los ojos de toda la comunidad internacional puestos en Colombia, cerró este lunes ese ciclo al poner una firma histórica a un acuerdo que deja los 52 años de conflicto como un capítulo más de la historia reciente del país.
Santos, desde que fungió como periodista de esta Casa Editorial –de la cual llegó a ser su subdirector–, siempre estuvo interesado por los temas relacionados con la paz, lo que lo llevó a analizar los distintos procesos que se han hecho en otros países, en especial el relacionado con Sudáfrica y el papel que desempeñó en él la emblemática figura de Nelson Mandela.
'Timochenko', del discurso guerrerista al 'diálogo civilizado'
Su contraparte fue Rodrigo Londoño Echeverry, líder de las Farc, quien comenzó su paso en esa guerrilla en 1982.
El 25 de mayo del 2008, vestido de camuflado y en una locación que, según la inteligencia colombiana, correspondía al lado venezolano de la frontera, ‘Timochenko’, apareció ante el mundo para confirmar que ‘Manuel Marulanda Vélez’, el hombre que fundó y comandó las Farc por 44 años, había muerto.
En esa, que se convertiría en una de sus primeras apariciones públicas, Londoño aseguró que el mítico ‘Tirofijo’ había fallecido de un infarto dos meses atrás: “Continuaremos alentando la lucha popular, la conformación del Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia y el Partido Comunista clandestino”, dijo ante dos cámaras que lo grababan. El pasado viernes, ocho años y cuatro meses después de ese video, el discurso de Londoño fue diametralmente distinto.
Con camiseta blanca, con sus 118 órdenes captura suspendidas, y subido en la tarima que se instaló para la última conferencia de las Farc, en los llanos del Yarí, ‘Timochenko’ remarcó la necesidad de acabar la lucha armada, ante cientos de guerrilleros y más de 365 periodistas de todo el mundo. “Es hora de pensar en la generación presente y sobre todo en la vida de las futuras”, dijo.
A los 60 años y con más de un lustro como comandante de las Farc –el tercero en la historia de esa guerrilla, después de la muerte de ‘Marulanda’ en 2008 y la de ‘Alfonso Cano’ en el 2011, en una operación militar– ‘Timochenko’ firmó el lunes 26 de septiembre en Cartagena el histórico acuerdo de paz con el presidente Juan Manuel Santos, que le pone fin a más de 52 años de guerra.