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En el lado este de Alemania, el que fuera socialista, apareció una “cenicienta” futbolera que amenaza con convertirse en gigante mundial: el RasenBallsport Leipzig.
Amado y odiado, este club alemán ha causado controversia desde que se fundó en 2009. En ese año, la empresa de bebidas energéticas Red Bull, con base en Austria, se hizo por 384 mil dólares, de la licencia del SSV Markrastädt, que estaba en la Quinta División germana.
Escaló a tal nivel en ocho años, que ahorasólo está por debajo del campeón Bayern Munich en la tabla de posiciones de la Bundesliga con una campaña que se equipara a la del Leicester City el año pasado.
“Queremos convertirnos en un miembro vital de la Bundesliga, pelear por la Champions en el largo plazo y desarrollar jugadores jóvenes para nuestro primer equipo, que sean buenos y en el menor tiempo posible”, revela un protavoz del único cuadro del lado oriental de Alemania que juega en el máximo circuito teutón, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL.
Para lograr los ascensos hasta el máximo circuito germano, el Leipzigo invirtió 58.2 millones de dólares en traspasos, de acuerdo con el portal Transfermarkt.co.uk.
El ideólogo de este proyecto es el multimilonario austriaco de origen croata, Dietrich Mateschitz, quien es dueño de Red Bull, que ha incursionado en el mundo de los deportes como la Fórmula 1 y patrocina a diversos atletas en el orbe.
Los principales críticos del Leipzig denuncian que su directiva, al hacerse de la licencia de un equipo de Quinta División, evadió la regla 50+1. Esta norma indica que 51% de las acciones de un club de la Bundesliga alemana deben ser propiedad de los socios.
Además, se le señaló que, al momento de estar en divisiones inferiores, la escuadra de los Toros ofrecieron contratos de Primera, para que jugadores de élite aceptaran pertenecer a la institución. En los estadios teutones, los aficionados rivales han mostrado pancartas y leyendas en rechazo a las políticas económicas que ha implementado la controvertida escuadra.
Pero el crecimiento del Leipzig amenaza con continuar. De cenicienta quiere pasar a ser un gigante del futbol, con todo y la polémica que le rodea.