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Manzanillo, Colima.- En la Bahía de Manzanillo, Colima, 9 activistas de Greenpeace subieron y protestaron pacíficamente en el Hidden Gem, buque de perforación minera en aguas profundas, perteneciente a la compañía Allseas Group, al que le colocaron una manta con la frase “Destructor de los océanos”.
La ONG ambientalista pide al gobierno de México, comunique a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos “su postura a favor de una moratoria que, por ahora, retrase el otorgamiento de permisos” que den pie al inicio de dicha actividad en la zona entre Hawái y México conocida como Clarion-Clipperton.
Un pequeño catamarán blanco, con activistas medioambientales voluntarios de Greenpeace, zarpó del Muelle de las Hadas en Manzanillo, en punto de las siete de la mañana del miércoles 27 de septiembre.
La tripulación, conformada por personas defensoras del medio ambiente, empleados de la embarcación y representantes de los medios de comunicación, escucharon las últimas indicaciones del capitán Víctor Águila.
Se encendieron los motores y sobre un mar tranquilo en el que hasta hacía no mucho tiempo las últimas estrellas de la madrugada se aferraban a reflejarse, la nave poco a poco comenzó a avanzar para internarse en la bahía con dirección al lugar en donde, desde noviembre de 2022, el enorme barco Hidden Gem, encomendado por la minera canadiense The Metals Company, permanece anclado y a la espera de los permisos que le den luz verde para realizar extracción de minerales en aguas internacionales, cuya actividad, “al igual que la minería en tierra es extremadamente destructiva, las empresas mineras de aguas profundas no han demostrado que puedan hacerlo de manera segura o, incluso, que puedan hacerlo”, dijo Greenpeace.
Abordo de un par de kayaks, nueve voluntarios se acercaron a la enorme embarcación, varada a poco más de dos kilómetros de la costa, al tiempo que, a unos doscientos metros, en el catamarán, Ruth Ramos, activista de la campaña denominada “Alto a la minería submarina”, vía radiofrecuencia, intentaba establecer Comunicacion con el capitán del Hidden Gem sin que éste le diera respuesta después de unos 5 intentos.
En ese momento, 5 mujeres escalaron por el estribor del “monstruoso” buque y procedieron a colocar sobre una estructura metálica de esa parte de la nave, una manta amarilla con la frase “Destructor de los océanos”, misma que, minutos después, fue cambiada por una similar pero con la frase impresa en inglés “Ocean destroyer”.
“La idea era subir más, pero la tripulación nos lo impidió. Todo fue pacíficoy sin contratiempos ni de ellos ni de nuestra parte”, contó Sofía Castellanos, una de las mujeres protagonistas en la protesta, quien suma ya 9 años como voluntaria en Greenpeace.
Los nódulos polimetálicos son uno de los objetivos principales en el que el Hidden Gem enfoca sus perforaciones, éstos cuando son extraídos de las profundidades marinas, ya no pueden ser reemplazados, de tal modo que el daño es irreparable en “toda la cadena vital de la que dependemos las comunidades del Pacífico y todo el Planeta”, agregó la organización internacional.
Los materiales que se cree sean explotados, tales como el cobre y magneso, entre otros, que se usan, por ejemplo, en la fabricación de baterías para teléfonos inteligentes, yacen a esos miles de kilómetros en donde, dicho sea de paso, de llevarse a cabo las perforaciones, además de impactar en la contaminación acústica y lumínica, inminentemente también se pone en peligro a unas “5 mil especies marinas nuevas, recién descubiertas”.
Sobre el la bahía vestida de un azul marino perfecto, recargada en el estribor, Ruth Ramos, campañista de Greenpeace, aseguró que “nunca antes se había visto una oposición tan fuerte a la minería submarina; hoy más de 20 países se oponen a ella.
La resistencia contra esta industria sigue creciendo y el poder de la gente, de las comunidades indígenas y de la sociedad civil ha sido importantísimo para ello. Sin embargo, la industria de la minería submarina es capaz de todo”, al tiempo que, frente a ella, el enorme sol anaranjado iluminaba la última línea de la costa de la Playa de las Hadas que gradualmente se fue alejando de la vista de los tripulantes que vestían, en su mayoría, chalecos salvavidas fluorescentes.
Con estas acciones, Greenpeace busca que la extracción de recursos minerales también se prohíba en aguas internacionales y, evitar así, daños irreparables en el ecosistema marino, que ya es amenazado por el navío que Greenpeace denominó como “Destructor de los océanos”, perteneciente a la compañía líder a nivel internacional en la construcción submarina e instalación de tuberías en altamar, Allseas Group.