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El futbol profesional regresó a Ucrania y lo hizo con estrictos protocolos de seguridad ante la guerra que el país enfrenta contra Rusia.
Una muestra de ello se vivió este miércoles en el duelo entre Rukh Lviv y el Metalist Járkov , enfrentamiento que tuvo que ser detenido en tres diferentes ocasiones por el sonar de las alarmas antiaéreas.
En cada una de las pausas jugadores, árbitros, entrenadores y reporteros tuvieron que dejar la cancha e ingresar a los refugios que cada inmueble tiene a más de 500 metros bajo suelo.
Gracias a las diferentes interrupciones el partido terminó en un tiempo récord de cuatro horas y media, además de las alarmas y refugios la Federación Ucraniana notificó que ningún partido tendrá afición y que los horarios no se darán a conocer públicamente para evitar que el gobierno ruso pueda planear un ataque.