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Al trabajar un cambio en la mentalidad y las tendencias dentro de un equipo de futbol, los resultados no suelen ser inmediatos; la tarea no es sencilla. Mucho menos cuando esta labor, la de reformar la psicología de un grupo golpeado por la historia de fracasos de más de 20 años, es acompañada por el constante señalamiento de propios y extraños. Pero en Cruz Azul lo han logrado.

La reingeniería cementera ha sido un trabajo liderado por su presidente deportivo, Ricardo Peláez, y el téncico Pedro Caixinha. Sin embargo, nada sería posible de no ser por la calidad de aquellos refuerzos que ahora sí, han demostrado que lo que el club pagó por ellos ha sido una buena inversión y no solamente un enorme gasto convertido en números muertos.


“A mí no me tocaron fantasamas, no me ha tocado vivir nada de eso, me toca el presente y luchar por lo que viene, que es la pelea por el otro título [el de Liga]; para mucha gente, quizá la Copa no sea importante, pero para nosotros es un primer paso para cosas mejores”, dijo Elías en un mensaje certero y que no se queda en los micrófonos, sino que se refleja en la cancha, en resultados.

De un importante recorrido por el balompié mexicano, Pablo Aguilar llegó a La Máquina como el referente que le hacía falta en la zona defensiva. Pero el impacto del paraguayo ha ido más allá de lo que de por sí es evidente en la cancha, ha impactado en la concepción de lo que significa representar a una institución como la cementera.


Uno de los grandes aciertos de Peláez en esta gestión fue la contratación de Roberto Alvarado. El atacante de apenas 20 años de edad, no solamente aporta los minutos de menores que exige el reglamento, sino que además, tiene el futbol y el carácter para ser una de las piezas que pueden complementar a los delanteros.

No por ser joven, no entiende de responsabilidades. Por el contrario, “todo eso de los fracasos lo hemos dejado a un lado, lo de las cruzazuleadas también; nos olvidamos ya de aquellos que dicen que estamos salados. Nos pusimos un chip diferente y trabajamos una nueva mentalidad para poder hacer realidad los objetivos”.

Junto con Hernández, Aguilar y Alvarado, para este torneo llegaron al plantel Milton Caraglio, Igor Lichnovski, Iván Marcone, Misael Domínguez y Martín Zúñiga, los tres primeros con mayor impacto en el paso positivo, pero todo parte de este cambio de mentalidad que es rematado por el Piojo: “Hay que trasladar todo esto a la Liga”.

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