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La primera vez que Tom Brady enfrentó a los Steelers, salió del encuentro por lesión. Era el segundo cuarto de la final de la Conferencia Americana de 2001. Drew Bledsoe entró en su lugar y selló el boleto al Super Bowl para los Patriots de Nueva Inglaterra.
Tal vez ese sea uno de los motivos por los cuales Brady rinde a su máximo nivel ante Pittsburgh desde entonces, ya que acumula marca de 10-2, incluido un 3-0 en postemporada siempre en la final de Conferencia..
Esta tarde se juegan la supremacía de la AFC y un camino despejado para jugar en casa el resto de la postemporada.
Para los Steelers (11-2) tal vez haya algo todavía más importante: sanar las heridas que les dejó su último enfrentamiento ante Patriots (10-3), una derrota por 36-17 que los eliminó en la antesala del más reciente Super Bowl.
En Pittsburgh siguen preguntándose si el resultado habría sido distinto si el corredor Le’Veon Bell no se hubiera lesionado.
Ahora podrán despejar la duda en casa, donde suman 110 puntos en sus últimos tres partidos y buscarán mantener vigente su racha de ocho victorias.
Sólo tienen que superar al protagonista de sus pesadillas.
En nueve duelos de campaña regular, Brady acumula 24 touch-downs a cambio de tres intercepciones. Pero este año, el head coach de Steelers, Mike Tomlin, cuenta con elementos para derrotar a Brady: aplicar presión y mantenerlo fuera del terreno.
Pittsburgh cuenta con la sexta mejor defensiva en yardas, segunda en capturas (41) y un potente ataque que puede mantenerse mano a mano con la segunda mejor ofensiva de la Liga.