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Ferrari frenó el quinto título de Fórmula Uno de Lewis Hamilton.
Kimi Raikkonen triunfó en el Gran Premio de Estados Unidos, Max Verstappen (Red Bull) fue segundo y el británico de Mercedes fue tercero, lugar que lo alcanzó para coronarse, ya que Sebastian Vettel llegó cuarto.
El Cavallino Rampante se defendió lo más que pudo, con ayuda del holandés de Red Bull, para alargar la temporada. Hamilton buscará alzar su nueva corona el próximo domingo, en el Gran Premio de México.
Raikkonen no ganaba una carrera desde el 17 de marzo del 2013, en Australia, cuando todavía corría en Lotus. Su triunfo de hoy fue un respiro para toda la Scuderia, que espera un milagro de aquí a la última justa, en Abu Dabhi, aunque luce muy complicado porque Lewis solo necesita quedar séptimo y que Vettel no conquiste el GP mexicano.
Ferrari también le debe muchísimo a Verstappen porque le cerró cualquier oportunidad a Hamilton para ir por The Iceman.
Vettel sufrió un impacto con Daniel Ricciardo en la primera vuelta. Si la penalización del viernes, por no baja la velocidad en bandera roja, no fuera suficiente, –por lo que salió quinto en lugar de segundo–, el arranque aumentó las complicaciones para seguir vivo en el campeonato.
Su compañero, Raikkonen, tuvo un par de vueltas sensacionales que le permitieron rebasar y ganarle ventaja a los volantes de Mercedes. Pero la velocidad no lo es todo en la Fórmula 1, si la carrera es muy cerrada, entran en juego las libretas de tácticas, y la del Cavallino Rampante fue superior a la de las flechas plateadas.
La estrategia en las paradas a pits fueron vitales. El primero en pasar fue Hamilton, segundo Raikkonen, tercero Bottas y, por último, de los pilotos de Mercedes y Ferrari, fue Vettel, quien decidió alargar para recortar la mayor distancia posible del británico.
El sol texano no mermó la velocidad de las flechas plateadas, que mantuvieron el ritmo, a pesar de la gran labor de Kimi. El finlandés hizo todo lo que pudo para frenar a Hamilton, en lo que Sebastian se recuperaba del choque con Ricciardo.
El auto del australiano de Red Bull no aguantó y se vio obligado a abandonar la carrera, la séptima para él en la temporada.
Sin embargo, The Iceman fue incapaz de controlar el ritmo del inglés. “No puedo mantenerlo atrás de mí”, dijo el veterano por el radio. Todavía quedaba mucho trayecto en el Autódromo de las Américas.
En la vuelta 38, Hamilton regresó a pits, lo que permitió a Raikkonen regresar a la punta. La máquina de los Mercedes, como en el resto de la campaña, fue superior a la de Ferrari. Fue ahí donde apareció Max, para ayudar a la Scuderia seguir con vida.
Verstappen estuvo en el combate por la victoria en el GP de Estados Unidos. El holandés midió el ritmo de las flechas plateadas y de los Cavallinos Rampante para competir, no en la disputa por el campeonato pero por un triunfo más en su todavía corta trayectoria.
En la vuelta 54, Lewis presionó a Max, quien no se dejó intimidar ante la presión del todavía tetracampeón de la Fórmula Uno.
Sergio Pérez, de Force India, llegó décimo para mantenerse en la pelea con Kevin Magnussen, de Haas, y Nico Hulkenberg, Renault, por el “título” del mejor piloto que no pertenecen a las tres escuderías potentes de la Fórmula Uno.
Kimi Raikkonen triunfó en el Gran Premio de Estados Unidos, Max Verstappen (Red Bull) fue segundo y el británico de Mercedes fue tercero, lugar que lo alcanzó para coronarse, ya que Sebastian Vettel llegó cuarto.
El Cavallino Rampante se defendió lo más que pudo, con ayuda del holandés de Red Bull, para alargar la temporada. Hamilton buscará alzar su nueva corona el próximo domingo, en el Gran Premio de México.
Raikkonen no ganaba una carrera desde el 17 de marzo del 2013, en Australia, cuando todavía corría en Lotus. Su triunfo de hoy fue un respiro para toda la Scuderia, que espera un milagro de aquí a la última justa, en Abu Dabhi, aunque luce muy complicado porque Lewis solo necesita quedar séptimo y que Vettel no conquiste el GP mexicano.
Ferrari también le debe muchísimo a Verstappen porque le cerró cualquier oportunidad a Hamilton para ir por The Iceman.
Vettel sufrió un impacto con Daniel Ricciardo en la primera vuelta. Si la penalización del viernes, por no baja la velocidad en bandera roja, no fuera suficiente, –por lo que salió quinto en lugar de segundo–, el arranque aumentó las complicaciones para seguir vivo en el campeonato.
Su compañero, Raikkonen, tuvo un par de vueltas sensacionales que le permitieron rebasar y ganarle ventaja a los volantes de Mercedes. Pero la velocidad no lo es todo en la Fórmula 1, si la carrera es muy cerrada, entran en juego las libretas de tácticas, y la del Cavallino Rampante fue superior a la de las flechas plateadas.
La estrategia en las paradas a pits fueron vitales. El primero en pasar fue Hamilton, segundo Raikkonen, tercero Bottas y, por último, de los pilotos de Mercedes y Ferrari, fue Vettel, quien decidió alargar para recortar la mayor distancia posible del británico.
El sol texano no mermó la velocidad de las flechas plateadas, que mantuvieron el ritmo, a pesar de la gran labor de Kimi. El finlandés hizo todo lo que pudo para frenar a Hamilton, en lo que Sebastian se recuperaba del choque con Ricciardo.
El auto del australiano de Red Bull no aguantó y se vio obligado a abandonar la carrera, la séptima para él en la temporada.
Sin embargo, The Iceman fue incapaz de controlar el ritmo del inglés. “No puedo mantenerlo atrás de mí”, dijo el veterano por el radio. Todavía quedaba mucho trayecto en el Autódromo de las Américas.
En la vuelta 38, Hamilton regresó a pits, lo que permitió a Raikkonen regresar a la punta. La máquina de los Mercedes, como en el resto de la campaña, fue superior a la de Ferrari. Fue ahí donde apareció Max, para ayudar a la Scuderia seguir con vida.
Verstappen estuvo en el combate por la victoria en el GP de Estados Unidos. El holandés midió el ritmo de las flechas plateadas y de los Cavallinos Rampante para competir, no en la disputa por el campeonato pero por un triunfo más en su todavía corta trayectoria.
En la vuelta 54, Lewis presionó a Max, quien no se dejó intimidar ante la presión del todavía tetracampeón de la Fórmula Uno.
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