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La muerte de Anthoine Hubert es una de varias que han pasado por el automovilismo. Desde la Fórmula Uno , hasta categorías inferiores, pilotos han perdido la vida en la pista. Fallecieron mientras hacían lo que más disfrutaban.
Durante el Gran Premio de Japón del 2014 , el francés Jules Bianchi se impactó contra una grúa que removía el auto de Adrian Sutil de la pista.
El piloto de la entonces escudería Marussia permaneció nueve meses en coma, hasta que falleció el 21 de julio de 2015 . Fue la primera fatalidad desde la de Ayrton Senna , en el GP de San Marino de 1994 .
El deceso del brasileño , uno de los máximos volantes en la historia de la F1 , sacudió al mundo del automovilismo. Era el máximo ídolo del momento y su muerte afectó a familiares, amigos, colegas, aficionados y al propio deporte.
En el 2000, Adam Petty , de 19 años de edad, se impactó contra un muro; su auto iba a 200 kilómetros por hora. El estadounidense , etiquetado como la gran promesa en NASCAR , formaba parte de una familia de pilotos.
En 1971 , Pedro Rodríguez saboreaba las miles de la fama y múltiples logros dentro del deporte motor. Sin embargo, el 11 de julio de ese año , la fugaz vida del piloto mexicano se extinguió en Nuremberg , luego de un accidente presuntamente provocado por Kurt Hild , quien bajó la velocidad y cambió intempestivamente de dirección, provocando que el mexicano perdiera el control de su vehículo.
Nueve años antes, su hermano, Ricardo , manejó un Lotus sobre la pista del autódromo, actualmente nombrado en honor a estos voles. Tomó ese bólido porque Ferrari no vino a México porque era una competencia que no puntuaba en el campeonato mundial.
Por reglas de la FIA el acontecimiento solo tendría validez si demostraba que tenía una buena organización y logística. Tuvo su accidente a la mitad de la curva peraltada. Primero, chocó su llanta izquierda de adelante, provocando que el auto hiciera un semicírculo para que después golpeara la parte trasera contra el riel de contención. Perdió la vida.