Sergio Pérez
concluyó un fin de semana para el olvido, al terminar en décimo quinto lugar en el Gran Premio de España, su peor puesto en lo que va de la presente temporada de la Fórmula Uno.
Ya lo había anticipado el jueves y viernes pasado. No estaba contento con el desempeño de su Racing Point en los entrenamientos libres y mucho menos en las prácticas.
En la carrera lo confirmó, luego de que apenas fuera más rápido que los Williams y el Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi, que cuentan con una unidad de potencia inferior al auto del mexicano.
Pero su desempeño de hoy en el Circuit de Barcelona-Catalunya no es nuevo. En sus nueve campañas en la máxima categoría del automovilismo apenas ha terminado cinco veces en posiciones que le dan puntos y en ninguna ocasión ha subido al podio.
Mientras que en las cuatro ocasiones restantes, incluida la de este año, ha concluido por debajo del puesto diez. Su actuación de hoy en el trazado catalán fue la segunda peor desde que corre en la categoría, apenas superada por el abandono que tuvo en el 2012 cuando manejaba un Sauber.
El desempeño de 'Checo'
en el circuito español se puede explicar por varias razones, pero resalta una principal. En ninguna de sus nueve campañas en la F1 ha manejado un monoplaza de uno de los mejores tres equipos del campeonato y, por lo tanto, no ha tenido un motor tan potente como lo tuvieron los Ferraris, Mercedes o los Red Bull.
El circuito, amplio en muchas de sus rectas y curvas, permite los rebases y eso ha impedido a que Pérez termine en posiciones de privilegio y vea como lo relegan los pilotos de las escuderías más poderosas.
No todo ha sido gris en Barcelona para Pérez . En 2017, a bordo de un Force India, terminó en cuarto lugar, muy cerca de subirse al podio. Aquella carrera se caracterizó por ser accidentada, debido a un múltiple choque provocado por un contacto entre Max Verstappen y Kimi Raikkonen, que aprovechó el mexicano.
Ese buen día no se pareció en nada al que tuvo hoy el jalisciense.