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Contra el pronunciamiento de múltiples jugadores y en condiciones inciertas, la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA , por sus siglas en inglés) organizará el US Open, luego de recibir el permiso del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
En días pasados, la USTA reveló su intención de seguir adelante con la planeación del torneo, pero la falta de luz verde por parte de la autoridad local representaba un importante obstáculo. Éste ya fue superado.
"El US Open se jugará en Queens, Nueva York, sin aficionados entre el 31 de agosto y el 13 de septiembre", informó Cuomo en sus redes sociales.
"La USTA tomará precauciones extraordinarias para proteger a los jugadores y al personal, incluidas rigurosas pruebas, limpieza adicional y más espacio en los vestuarios, así como alojamiento y transporte dedicados", detalló.
Con el pulgar arriba y la fecha confirmada, ahora la duda gira en torno a los tenistas que participarán. Hoy por la mañana, la rumana Simona Halep, número dos del mundo, anunció que no saldrá de Europa hasta 2021.
Y no es el único caso. Jugadores como Novak Djokovic, Rafael Nadal, Dominic Thiem, Alexander Zverev o Serena Williams han manifestado su desacuerdo con jugar en Flushing Meadows, al considerarlo prematuro e innecesario.
Otros, como Roger Federer —quien no asistirá por una cirugía en la rodilla— o Andy Murray han apoyado el regreso del deporte blanco en la Gran Manzana.
El choque de opiniones sobre el primer major que se disputará tras la pandemia ha hecho que la segunda noticia pase casi desapercibida: el Masters 1000 de Cincinnati, que comenzará el 16 de agosto, será trasladado a Nueva York para reducir la cantidad de viajes y aminorar el riesgo sanitario.
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