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Aída Román es la fiel representación de que el empoderamiento femenino en el deporte es cada vez más palpable en México. Sus triunfos nos llenaron de alegría desde Londres 2012, y como todo atleta de alto rendimiento, la arquera sabe reconocer que en la vida hay momentos buenos y malos, pero nada la detiene para conseguir sus objetivos en cada competencia en la que participa.
¿Cómo te preparas para competir tan seguido? Te bajas de un avión y ya estás pensando en la siguiente competencia en otra parte del mundo…
Es difícil, pero tenemos objetivos labrados, ya claros, ese es mi trabajo y esto nunca se acaba, tienes que ser realista y tomarlo de la mejor manera. Si ya ganaste algo, tienes que hacer borrón y cuenta nueva para pensar en el otro, es tener un poco de mente fría. También disfrutar el poco tiempo que tengas con tu familia, y la verdad me alegra mucho hacer algo que me gusta.
¿Cómo manejas los buenos y malos momentos en tu carrera?
Son etapas, también son decisiones. Me siento contenta de todas las competencias, las buenas y malas. Hoy por hoy te puedo decir que no me vuelvo a meter en problemas con gente en la política porque como deportista te desgasta. Mi tarea es entrenar y hacer mi mejor esfuerzo en las competencias, y si no hay ese recurso es buscarlo. Si se perdieron o no las esperanzas, no las he perdido en mí, sí lo tomé como un momento complicado en mi vida, pero lo tienes que tomar de la mejor manera, como una caída para levantarse.
Hablando del papel de la mujer en el deporte, tus logros en Copas Mundiales te han situado en el élite femenina deportiva, ¿qué sientes al respecto?
Como fui educada y por ser la única mujer en mi familia, porque tengo cuatro hermanos, siempre se me dijo que por ser niña no me iban a tratar diferente, que tenía que pelear por los mismos derechos de los hombres. Para mí es importante seguir en esa línea de no diferenciarnos, de no hacernos menos por el género que tengamos. Lo veo como una cuestión de esfuerzo, de superación propia, el empoderamiento de la mujer en el mundo es algo llamativo y muy bonito, pero mi pensamiento es que no por ser mujer soy diferente.