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El fin de semana pasado que culminó el domingo 18 de julio de 2021, nos trajo la noticia grata de la actuación de Sergio Flores en la plaza francesa de Saint Vincent de Tyrosse y en la que el torero tlaxcalteca logró un rotundo triunfo, compartiéndolo con el francés Thomas Dufau y el peruano Joaquín Galdós, saliendo al final, los tres en hombros.
Lo culminó tras obtener dos trofeos del primer toro de su lote del hierro galo de Pagés Mailhan. Ahora se encuentra enfilado rumbo al 30 de julio, día que actuará en la plaza francesa de Bayona -donde se ungió matador de toros, hace casi nueve años- y varias veces ha actuado en su ruedo, con éxito.
Esperemos que siga positiva la ruta del triunfo en Europa, Sergio muchos años estuvo preparándose allá, desde novillero y ahora está tratando de labrarse un hueco que cale -dentro de lo complejo que se presenta el panorama taurino- como matador de toros.
Francia representa un bastión para la tauromaquia y su afición se presta -por su forma de ver el toreo- para lo distinto; como por ejemplo el sábado 17 de julio pasado, en la plaza de Céret, cuando se presentó una corrida de casta navarra, que tenía un siglo más o menos de no hacerlo en una corrida y se volvió a lidiar un encierro completo de una de las sangres fundacionales del toro, cuando desde hace años los ejemplares de ese encaste, más bien se han ocupado en otro tipo de festejos.
Miguel Reta es el ganadero navarro
-con un trabajo de más de un cuarto de siglo- que presentó seis toros que, en su juego, asemejó el comportamiento de los de hace más de un siglo, sin ápice de cambio. Su lidia fue defensiva y complicada, hecho a lo que no nos tiene acostumbrados, el comportamiento del toro actual.
Sánchez Vara, Octavio Chacón, Miguel Ángel Pacheco,
y sus correspondientes cuadrillas, se encontraron con una durísima prueba de la que afortunadamente, salieron ilesos.
Y eso, sin duda, fue un triunfo, tres de ellos por su comportamiento fueron adornados con banderillas negras, que significa mansedumbre manifiesta. El que mejor resolvió el entuerto fue Sánchez Vara , los otros dos matadores -por lo que nos platicó un entusiasta asistente- las pasaron como dicen en España, canutas. Los diletantes franceses con todo, gustaron del experimento.
Lo de la corrida navarra es interesante, porque hace algunos años los hermanos Gabriel y Carlos Lecumberri en Malinalco y en Querétaro, México, trajeron de la ganadería de Ozcoz -dedicados a rentar vacas navarras para capeas, encierros y concursos de recortadores- un termo con pajuelas españolas, que sirvieron para hacer experimentos de crianza en nuestro país con dos ejemplares, y cuando fueron lidiados, resultaron en un comportamiento muy semejante a los toros de Miguel Reta en Céret, digamos, de recorrido incierto.
Así las cosas, el sur de Francia pone su cuota para preservar el toreo y es importante reconocerlo, pues muchos no tan avezados, lo ignoran y bueno es recordarlo, con algunos pasajes de los sucesos taurinos que acontecen en el país galo, donde está arraigado el toreo desde hace varios siglos. Voila y aquí, como lo demostraron en su tiempo los hermanos Lecumberri, también somos curiosos. N'est-ce pas?