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El exárbitro mexicano Edgardo Codesal , que pitó el penalti a favor de Alemania contra Argentina en la final del Mundial de Italia de 1990 que significó la victoria de la selección germana, aseguró este viernes a EFE que en ese partido no se dejó impresionar por Diego Armando Maradona.
"No me dejé impresionar por su nombre por más que trató de influir en mis emociones. El defensa nunca tocó el balón y sí al hombre. Fue penalti aquí y en la luna, quizá por eso dice que soy su enemigo. Yo no tengo enemigos, allá él", dijo a EFE el día del 60 cumpleaños de Maradona.
En los minutos finales del partido por el título de ese Mundial, Codesal pitó una pena máxima que convirtió en el 85 Andreas Brehme para darle el cetro al equipo europeo, lo que provocó el enojo de los argentinos, sobre todo de Maradona, quien declaró después que Codesal y el exfutbolista español del Athletic de Bilbao Andoni Goicoechea, que le lesionó de gravedad cuando jugaba en el Barcelona en 1983, son sus dos enemigos.
Codesal, uruguayo de nacimiento y nacionalizado mexicano, reconoció que hace poco tiempo supo que Maradona lo calificó de enemigo y que el paso de los años no ha menguado su enojo.
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"Sí así lo piensa es su problema. Maradona fue un extraordinario jugador que transmitía en la cancha el liderazgo a sus compañeros. Siempre será respetado como deportista. Ya como persona para mí no cuenta", agregó.
El árbitro retirado señaló que recuerda con nitidez los momentos de la final, que significó su consagración como colegiado, y que cuando sonaron los himnos el público italiano silbó las notas del de Argentina y Maradona le respondió con insultos frente a las cámaras de televisión.
"Esperó qué lo captara la televisión para insultar, la gente lo puso molesto. Antes del sorteo con la moneda y que llegara Lottar Matthaüs al centro del campo le dije: 'oiga Diego, tranquilo, esto se gana con la cabeza fría', pero estaba en mal plan, agresivo, estresado, y terminé por decirle que no era mi problema si no se calmaba", comentó.
"Me dijo que era un robo, que la FIFA me había ordenado que no los dejara ganar, le contesté que estaban a tiempo de irse del campo si eso creían. Nunca aceptarán mi decisión, pero ese resultado no lo cambiará", señaló.
Al regresar de Italia, Codesal, quien no volvió a ver de frente a Maradona, sufrió agresiones en México y su consultorio de ginecología en una avenida principal de Ciudad de México fue pintado en la fachada con insultos y tuvo que cambiar de número telefónico por amenazas y llamadas recriminatorias.
A pesar de todo, tiene recuerdos buenos de Maradona, con quien coincidió por primera vez en un campo en las semifinales del Mundial de México 1986 entre Argentina y Bélgica.
"Recuerdo la arenga en el campo, era un estupor cuando gritaba a sus compañeros. Al final fui a su vestuario porque mi tío me pidió la camiseta de Maradona, el seleccionador Carlos Bilardo intercedió para que me la obsequiara y aún la tenemos en la familia", confesó.
Antes de la final, Codesal fue juez de línea en el duelo entre Rusia y Argentina y recuerda el amor de Diego por su país.
"En el descanso se demoraron. Bilardo me dijo que no sabía si Diego podía seguir. Lo oyó Maradona, que estaba sin calcetas y con el tobillo inflamado del tamaño de un balón, y dijo: 'cómo no voy a jugar'. No movía el pie, pero gracias a un pase suyo lograron el empate y pasaron en el grupo. Nunca vi a un tipo con un amor como el suyo al jugar por su país", destacó.