Más Información
Último fin de semana del 2024 registra 171 asesinatos: SSPC; en promedio mataron a 57 personas por día
Oposición rechaza postura de Morena sobre revueltas por dichos de Trump; “está fuera de la realidad”, acusan
INE debe determinar si Morena puede promover el voto en la elección judicial: Sheinbaum; “importante que todas las autoridades participen”
Respetamos críticas del EZLN, pero defendemos a la 4T: Sheinbaum; rechaza entrar en debate con zapatistas
MC se pronuncia tras agradecimiento de alcaldesa de Coalcomán a “El Mencho”; “nada impide que se investiguen los hechos”, dice
San Luis Potosí-.
El estado físico de Diego Maradona es un misterio. De una hora pasó de la furia a un estado de descompensación. Incluso tuvo que ser asistido en su camino al autobús.
Sus movimientos, torpes. Sólo se detuvo para escupir. Se retiró sin dar declaración alguna o mirar a las cámaras. Su mirada estaba perdida, sin que el club diera explicaciones.
Fue una noche de perros para Diego Armando Maradona. En el palco de la visita, lejos del terreno de juego por estar suspendido, el técnico de Dorados vivió de todo y con todo , el juego en el que perdió la oportunidad de ganar el tormeo de Apertura 2018 del Ascenso.
Durante todo el juego, Diego, bien rodeado de guardaespaldas o ayudantes, gozó cuando su equipo se fue en ventaja, sufrió cuando fue alcanzado y lloró al término cuando San Luis le dio la vuelta en tiempos extra.
Con un radio en la mano, lo que está fuera de reglamento, Maradona trató de transmitir instrucciones a Luis Islas y Mario García, sus auxiliares, pero poco pudo hacer arriba, como poco pudieron hacer los que estaban abajo.
Lo peor vino después, cuando terminó el juego. Maradona, custodiado por sus ayudantes, fue insultado apenas salió del palco y la respuesta fue enviar un golpe al aire , porque lejos estaba quien lo agravió.
No quedó ahí, a paso que daba la presión aumentaba. Entre peticiones de selfies e insultos, el que se hacía llamar el Diego de la gente volvió a perder las formas…
“Vení, venir puto”, comenzó a gritar.
Arremetió con un insulto muy mexicano : “Chingas a tu madre”, para después arremeter con argentinismos: “La concha de tu madre”.
La seguridad del estadio se le ponía enfrente y sus acompañantes lo trataban de agarrar: “Hijo de puta”... “Cagón”…
Se desesperó con quienes lo intentaban detener: “Dejarme la puta que los parió”, gritaba mientras manoteaba.
“Cálmate Diego” le suplicaban, ya se fue le decía.
Y Maradona contestaba : “Que me lo diga en la cara, en la cara… Chingas a tu madre” gritaba mientras los que lo tomaban en video aprovechaban para saludar a su audiencia…