Más Información
INE aprueba ampliación presupuestal de 9.2 mdp; se destinará para comprar chalecos en elecciones del Poder Judicial
Sheinbaum anuncia obras de infraestructura en Nayarit; destaca puente que irá de Bahía de Banderas a Puerto Vallarta y un acueducto
Detienen a presunto jefe de célula delictiva allegada a Los Chapitos; se encargaba de narcomenudeo y compra-venta de armamento
“¡Arráncate, Coalcomán!”; así fue la campaña de Anavel Ávila, presuntamente ligada al “Mencho”, para Movimiento Ciudadano
Presupuesto para programas sociales está asegurado en la Constitución: Ariadna Montiel; destaca que se benefician a 320 mil nayaritas
Sheinbaum anuncia construcción de Farmacias del Bienestar en 2025; asegura habrá medicamentos gratuitos para personas vulnerables
El Draft de la NFL es una oportunidad para que las franquicias mejoren su roster, pero en ocasiones sucede lo contrario por elecciones de jugadores erróneas, como Ryan Leaf de los Chargers de San Diego o JaMarcus Russell con los Raiders de Oakland.
Pero hay otros jugadores que fueron desastres poco sonados y aquí hacemos un recuento:
Russell Erxleben (Pateador/New Orleans/Selección 11 global/1979)
En su etapa colegial con Texas se caracterizó por la potencia de su pierna, que lo llevaron a anotar varios goles de campo de más de 60 yardas. Además era un buen pateador de despeje y de kickoff, por eso los Saints lo eligieron temprano en el draft.
Sin embargo, fue un error garrafal. Apenas anotó cuatro de sus primeros ocho goles de campo y su registro de despejes promedió 40 yardas. New Orleans lo despidió esa misma campaña.
Jay Berwanger (Corredor/Filadelfia Selección global 11/1936)
Llegó como el flamante ganador del trofeo Heisman y a la postre se convirtió en el primer jugador elegido en la historia del draft, que finalmente lo llevó a Filadelfia.
Pero Berwanger nunca firmó con la franquicia porque pidió 1,000 dólares como salario por partido, que en aquella época era una cantidad muy elevada para los equipos. Ese mismo año fue transferido a Chicago, que tampoco pudo pagar su salario. Al final, nunca jugó un partido en la NFL.
Heath Schuler (Quarterback/ Washington/Selección Global 3/1994)
Egresó de Tennessee y con el diploma de haber terminado en segundo lugar de la votación al trofeo Heisman. Sin embargo, en Washington nunca pudo replicar el éxito que tuvo en su etapa colegial al sólo iniciar 13 partidos con la franquicia y completar menos del 48 por ciento de sus pases.
En 1997 fue transferido a New Orleans, donde sólo jugó nueve juegos. Más tarde se retiró con un gris índice de pasador de 54.3 puntos.
Ki-Jana Carter (Corredor/ Cincinnati/Selección global 1/1995)
Se convirtió en uno de los mejores corredores que ha tenido Penn State, luego de que terminara su última temporada con 1,539 yardas por acarreo y 23 touchdowns en 11 juegos. Esas fueron sus credenciales para ser el mejor recluta del año, por arriba de futuras leyendas como Tony Boselli y Steve McNair.
Pero con los Bengals no pudo ser ni la sombra de ello. Tuvo una ruptura de ligamentos de su rodilla en el primer entrenamiento como novato y cuando se recuperó apenas promedió 2.9 yardas por acarreo en 91 veces que le dieron el balón. Carter se retiró después de siete campañas y apenas pudo correr el balón 1,114 yardas.
Todd Marinovich (Quarterback/ Oakland/Selección global 24/1991)
Su padre era un obsesivo de los entrenamientos y el futbol americano, por eso a los 6 años ya tenía un régimen alimenticio y de entrenamiento de gimnasio. Sin embargo, eso no le impidió tener una carrera brillante en USC y posteriormente fue seleccionado por los Raiders.
Sin embargo, ahí empezó su decadencia. Se volvió un adicto al alcohol las drogas, que lo llevaron a reprobar tres exámenes antidoping en tres temporadas. Sólo jugó ocho juegos en la NFL y después de que se retiró fue arrestado en múltiples ocasiones por posesión de metanfetaminas.