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Cada día en el Nido de Coapa, Cristian Insaurralde sueña con ser águila de altos vuelos. El argentino cuenta cada minuto para que el técnico Miguel Herrera lo contemple y lo someta al mismo rigor que al resto del plantel.

“Es muy buena la competencia interna, es sano que en un plantel haya varios jugadores de calidad; trabajamos al cien por ciento todos los días y tratamos de no darle problemas al técnico”, destacó el delantero, quien ya logró debutar como americanista en la Copa MX.

Insaurralde ha demostrado que entre sus virtudes está la paciencia, porque su adaptación al futbol mexicano no ha sido fácil, además de que aterrizó con una lesión. “Feliz, contento por estar jugando por fin después de un tiempo largo”, reiteró. “La verdad, que uno sabe que debe dar más con el correr del tiempo. Me siento bien, tuve una recuperación buena, estoy óptimo”.

El argentino, originario de la provincia de Resistencia, se formó en las juveniles del River Plate de su país. Posteriormente construyó su carrera profesional en Quilmes y Sportivo Belgrado, después en Chile con el O’Higgins y en Paraguay con el Cerro Porteño.

Ahora está frente a su mayor desafío: el América. “Tardaré para encontrar mi nivel, seré sincero… no es a lo que estoy acostumbrado, puedo jugar mucho más, pero para lograrlo primero debo estar al cien físicamente, me importa aguantar en lo físico, en la altura, con el correr de los partidos podré hacer buen juego”.

Podrá tener todas las ganas del mundo por volar ya en un juego de la Liga MX y comparar su filo con extremos como Cecilio Domínguez, Renato Ibarra y Diego Lainez, o con los artilleros Oribe Peralta, Henry Martín y Roger Martínez, pero este futbolista de poco más de un millón de dólares tendrá que redituar bajo el ojo de Miguel Herrera, aquella decena de goles que lo hizo brillar en Chile.

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