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Pedro Caixinha sigue decepcionando. Su Cruz Azul no aparece y prácticamente entregó la Copa al caer en casa ante Puebla (1-3).
Pésima actuación de los cementeros, quienes nunca se encontraron en la cancha y sucumbieron ante un cuadro que juega bien y que tiene amor propio.
Fue un golpe a la soberbia.
Cruz Azul salió como bólido a tratar de impresionar al humilde Puebla, que le respondió con tres goles en 34 minutos. Dos de Paco Torres, uno de penalti, debido a una precipitada salida de Guillermo Allison, y otro en tiro raso de fuera del área. Y para cerrar con broche de oro la primera parte, el debutante Alejandro Chumacero anotó el tercero.
Cruz Azul no supo ni qué lo golpeó. De nada sirvieron sus refuerzos estrella, Carlos Peña y Walter Montoya, quienes estorbaron más de lo que ayudaron. La esperanza vino en el amanecer de la segunda parte con el tanto de Jordan Silva. Ahí, Caixinha apretó y metió a los ya consolidados Felipe Mora y Rafael Baca.
La Copa MX parece estar más que perdida para La Máquina, que experimentó un despertar bastante violento. Esta vez, no hubo un árbitro que le ayudara.
Pésima actuación de los cementeros, quienes nunca se encontraron en la cancha y sucumbieron ante un cuadro que juega bien y que tiene amor propio.
Fue un golpe a la soberbia.
Cruz Azul salió como bólido a tratar de impresionar al humilde Puebla, que le respondió con tres goles en 34 minutos. Dos de Paco Torres, uno de penalti, debido a una precipitada salida de Guillermo Allison, y otro en tiro raso de fuera del área. Y para cerrar con broche de oro la primera parte, el debutante Alejandro Chumacero anotó el tercero.
Cruz Azul no supo ni qué lo golpeó. De nada sirvieron sus refuerzos estrella, Carlos Peña y Walter Montoya, quienes estorbaron más de lo que ayudaron. La esperanza vino en el amanecer de la segunda parte con el tanto de Jordan Silva. Ahí, Caixinha apretó y metió a los ya consolidados Felipe Mora y Rafael Baca.
La Copa MX parece estar más que perdida para La Máquina, que experimentó un despertar bastante violento. Esta vez, no hubo un árbitro que le ayudara.