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Tal vez sea difícil de entender para su afición, pero año con año se demuestra que la esencia de Cruz Azul es sufrir y dejar escapar oportunidades.
La Máquina pudo sentenciar su pase a los cuartos de final desde los 90 minutos, pero un cabezazo de Rodrigo Aguirre al 88' lo mandó a los penaltis tras el empate 1-1. Cruz Azul dio la iniciativa y lo pagó caro.
Sin embargo, desde el manchón del área la fortuna le sonrió de nuevo al equipo celeste y su héroe fue aquel que recibió incontables críticas: Sebastián Jurado. Cruz Azul se impuso 3-1 en los penaltis , con su arquero como figura al atajar dos de los cuatro cobros de los Rayos.
Los Rayos tuvieron las jugadas de mayor peligro en la primera mitad, pero no fueron contundentes. El primer tiempo finalizó y los abucheos de la afición fue el claro reflejo de lo que estaban ofreciendo ambos equipos.
Al 56', ya en la parte complementaria, Juan Escobar, el defensa goleador del equipo de Juan Reynoso, se sumó al ataque y en el área chica empujó el balón para abrir el marcador . El Estadio Azteca cambió los abucheos por un estruendoso grito de gol.
La afición celeste soñaba, pero con los de La Noria no hay nada escrito. Los Rayos se fueron al ataque y Juan Reynoso, no cambió nada, replegó al equipo. Sebastián Jurado tuvo par de intervenciones claras que mantenían el cero en su portería. Ya comenzaba a ser el héroe de los capitalinos.
La Máquina no tenía forma, su última oportunidad tenía que ser en los penaltis y así fue. Cruz Azul sufrió, pero logró meterse a la Fiesta Grande del futbol mexicano, ante un fuerte rival como el Necaxa de Jaime Lozano.
Cruz Azul sigue con vida, pero regresó a su esencia: sufrir en todo momento antes de llegar a la victoria.