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Ni siquiera la pandemia de coronavirus ha moderado la lucha de poder entre las distintas organizaciones del futbol en España.
En realidad, la crisis sanitaria por el Covid-19 no ha hecho sino tensar aún más las relaciones entre la Real Federación Española de Futbol, La Liga y el sindicato de jugadores.
Las partes han estado confrontadas durante años recientes por varios motivos, y las disputas han arreciado a raíz de la pandemia, pese a que los líderes de cada bando convocan públicamente a la unidad.
Tan sólo en las últimas semanas han trascendido varias disputas. La federación ha acusado al gremio de futbolistas de tener una “agenda oculta”.
A su vez, la Asociación de Futbolistas Españoles se dice víctima de un “ataque”, y ha acusado a la federación de filtrar conversaciones privadas. Tanto la federación como el sindicato han criticado a La Liga por no hacer lo suficiente para proteger a los clubes españoles en el aspecto financiero.
El choque más reciente involucró las discusiones por parte de una comisión que monitorea la forma en que el COVID-19 ha afectado el futbol español. Los tres organismos de este deporte son parte de la comisión.
La Liga es responsable por las dos divisiones superiores del futbol en el país, mientras que la federación está a cargo de la regulación y de los partidos profesionales y amateur.
Esta semana, tras una reunión, la federación emitió un comunicado, en el cual advirtió que no aceptará que los equipos disputen dos partidos en intervalos inferiores a 72 horas cuando se reanuden las competiciones después de la parálisis por el coronavirus. Añadió que se opondría a un supuesto acuerdo entre los jugadores y La Liga para jugar encuentros incluso cada 48 horas a fin de completar la campaña interrumpida.
Tanto La Liga como el sindicato negaron la existencia de ese acuerdo. El gremio manifestó su desagrado por “el tono de la reunión” y afirmó que era blanco de “un ataque directo”.
Unos días después de esa negativa, la federación divulgó una grabación de audio del encuentro, en que el presidente de la Asociación, David Aganzo , sugería que los futbolistas tendrían que ser más flexibles en cuanto al tiempo que podían descansar entre un partido y otro, para ayudar a la reducción del impacto económico de la crisis.
El sindicato de jugadores se mostró indignado por lo que consideró una filtración, y advirtió que demandaría a la federación. La Liga indicó también que contemplaba sus alternativas legales.
La federación reconoció que había dado a conocer las grabaciones, pero negó que ello constituyera una filtración. El viernes, mediante un comunicado, afirmó que había quedado claro desde el primer encuentro de la comisión que las conversaciones serían grabadas y que nadie se había opuesto a ello.