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Por fin, se disputa la primera final de 2020 , un año que le ha quitado tanto a muchas personas y que, en el mundo de los deportes, ha limitado las emociones.
La Copa MX, que empezó en julio de 2019, llegará a su fin esta noche con el duelo entre el Monterrey y el Tijuana; ventaja de 1-0 en el global para los Rayados, quienes fueron el último equipo en ganar la Liga MX, la Concachampions y, ahora, tienen la oportunidad de llevarse este torneo.
Son clubes con realidades opuestas. Los Xolos, más encaminados al fracaso en la Liga, se juegan lo mejor que les queda en el año y quizá el futuro del proyecto de Pablo Guede como su entrenador. Por su parte, para los regiomontanos es la oportunidad de sumar otro campeonato, y en casa, con miras a reforzar la confianza rumbo a la Liguilla del certamen Guardianes 2020.
Además, de esta forma mirarán un tiempo —por encima del hombro— a sus rivales territoriales, los Tigres.
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De plantel a plantel, hay clara superioridad regia. El equipo de Antonio Mohamed está formado por figuras consolidadas en México, quienes llevan bastante tiempo jugando juntos, se conocen a la perfección, lo que otorga una ventaja.
No es el caso de los Xolos de Guede. El argentino llegó a la frontera, con la bien ganada fama en Morelia, de ser un técnico ofensivo y efectivo. El plantel que se le formó, con gran parte de jugadores provenientes del Querétaro, pintaba, pero entre indisciplinas, bajas de juego y brotes de Covid-19, todo se vino abajo. La Copa rescataría un poco su prestigio.
Hoy sale un campeón, el primero de la era Covid-19, el primero de 2020.