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Si no fuera por Tomás Boy, veterano estratega en el Mazatlán, Ignacio Ambriz sería el entrenador con más años dirigidos y sin ser campeón en la Liga MX.
Nacho, con 10 años consecutivos como timonel en Primera División (además de un interinato en 2003) y siete equipos, no ha saboreado lo que es ser campeón en el futbol nacional. Lo más cerca que se ha quedado fue una final, en el Clausura 2019, cuando perdió ante los Tigres.
“Si nos vamos por un título, diría que sí [me] falta consolidarlo, pero si nos vamos al trabajo de los años donde están muchísimas cosas buenas, diría que también estoy contento”, comentó el tricolor, capitán de la Selección Nacional en la Copa del Mundo 1994. “En México se marca más por un título para saber si te has ganado el crédito”.
En su trayectoria en los banquillos, Ambriz acumula dos campeonatos, una Liga de Campeones de la Concacaf, conquistada con el América, y una Copa MX, con Necaxa.
La efectividad de Nacho, quien ha peleado mucho por ganarse esa credibilidad como timonel, es del 51 por ciento. En 395 encuentros dirigidos, ha ganado 169 y perdido 127, con un balance de 571 goles a favor y 469 en contra, según cifras de Transfermarkt y Liga MX.
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Su carrera empezó con un interinato con el Puebla, en 2003, donde apenas estuvo siete partidos al frente de La Franja; posteriormente, se fue a España para empaparse de conocimiento europeo, como auxiliar de Javier Aguirre.
Fue en 2010 cuando se aventuró como estratega de la Primera División, al frente del San Luis. Su gran oportunidad llegó dos años después, cuando el Guadalajara lo contrató, aunque sólo estuvo unos cuantos meses y fue cesado tras una goleada en la Copa Libertadores.
Querétaro fue su siguiente aventura y dio el salto cuando el América apostó con él para sustituir a Gustavo Matosas. Desde que llegó, fue criticado pero alcanzó resultados, un 60 por ciento de efectividad y ganó la Liga de Campeones de la Concacaf.
A Nacho se le cumplió el sueño cuando dirigió al Necaxa, el equipo de sus amores, y con el cual levantó la Copa MX.
Fue hasta cuando llegó al León donde encontró su mejor futbol y pronto llegó a su primera final por el título de liga… perdió ante Tigres. En dos años con la Fiera, tiene 52 victorias, 20 empates y 21 derrotas; una efectividad del 63 por cierto. Y vuelve a tener una oportunidad para alzar ese trofeo liguero.
“Quedan 90 minutos difíciles y la única diferencia es que estamos en casa. Si realmente queremos ser campeones y redondear estos dos años es hacer un partido perfecto, no hay más”.