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Hoy en día en México en los medios deportivos existen cuatro tipos de reporteros . Los medios serios que tienen una historia y están respaldados por empresas grandes.
Los reporteros de la vieja escuela, los señores grandes que estaban acostumbrados a recibir desayunos, comidas, buenos tratos, por parte de las diversas instituciones para que cubrir los eventos manejar la información.
El tercer grupo está lleno de chavos con muchas ganas, que con una plataforma en Internet ya se sienten líderes de opinión.
La cuarta y la más peligrosa son los viejos lobos de mar, esos que en su momento fueron reporteros o tienen intereses y sólo van a emborracharse, pasar un buen rato y aprovechar los viáticos y la fiesta.
Los eventos como el Abierto Mexicano de Tenis se enfrentan a ese tipo de retos.
Los medios nacionales van, cubren el evento y reciben lo necesario: un lugar donde trabajar ( una sala de prensa) comida pagada durante la cobertura y transporte de ser necesario.
Qué pasa con el otro grupo, reporteros que sólo van a disfrutar de las comodidades que te da ser parte de la prensa en un evento de este nivel. Aprovechando hasta de más el hecho de ser parte de la prensa. Y que además el impacto de sus medios es prácticamente nulo.
Y el tercer grupo a pesar de que es el futuro del periodismo, buscan este tipo de eventos más para vivirlos que para cubrirlos.
A eso le agregamos que la organización se da el tiempo de “premiar coberturas”, pagar paseos y exigir poco. Es el modelo de trabajo perfecto, pasas una semana disfrutando de la playa con todo pagado y la exigencia de calidad en respuesta del trato es nula.