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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
A esta hora, seguro, ya viste a familiares, amigos y desconocidos recordar cómo lucían en fotografías tomadas en 2009, un ejercicio que forma parte de la tendencia de redes sociales que fue bautizada como #10yearchallenge.
Más viejos, más gordos o delgados, lo cierto es que todos cambiamos con el tiempo; todos menos los Patriots, que durante casi todo esta década han hecho su propio reto al tratar de lucir iguales al año anterior. Y por lo menos en las más recientes ocho temporadas lo lograron, al iluminar el marcador en las Finales de la AFC.
Esa “rareza” en tiempos de Tom Brady sucedió en 2010, cuando un pelotón lleno de sargentos en el campo, firmó una campaña con récord de 14-2, que tuvo un final tan abrupto como los que filma Quentin Tarantino, al caer en Gillette Stadium 28-21 con los Jets en la ronda divisional.
En aquella época, Brady tenía 33 años de edad, y aunque estaba cerca de iniciar su extraña maduración estilo Benjamin Button, esa tarde, en casa, sufrió una vergonzosa derrota ante un equipo con Mark Sánchez como quarterback... sí, Mark Sánchez.
Brady contaba con un cuerpo de receptores que incluía a Wes Welker, Deion Branchel, el fallecido Aaron Hernández y en su año de novato, Rob Gronkowski.
En ese 2010, Sandra Bullock ganó el Óscar como mejor actriz por su papel en The Blind Side, una película que recrea la vida del liniero ofensivo Michael Oher.
Pero en Nueva Inglaterra no hubo premios, sólo la decepción porque parecía que los Patriots abrirían la vitrinas para añadir su cuarto Vince Lombardi, y el primero desde 2004.
Brady y compañía tomaron vacaciones que quizá no disfrutaron, porque para sus estándares de excelencia no disputar una final de la Conferencia Americana era tan igual que terminar en el último sitio de la División.
Los aficionados que odian a los Patriots aún se aferran a los recuerdos de la época en las que las redes sociales no tenían el esplendor de ahora, pero lamentablemente para ellos cada vez quedan más en el baúl que ya nadie revisa, porque el conjunto gana y gana.
Desde 2011 Nueva Inglaterra no se ha perdido un cita en el encuentro que define al mejor conjunto de su Conferencia y a pesar de que este fin de semana será un viaje raro, porque tendrán que disputar el encuentro de visitante y no son favoritos en las apuestas, cuentan con una mística que solo los equipos de dinastía tienen.
Han pasado ocho años desde esa temporada y vale la pena recordarlo ante el #PatriotChallenge.