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Aunque no hacerlo les habría generado mayor detracción, unirse a la campaña virtual 'Blackout Tuesday ' no fue sinónimo de alabanza para los Redskins de Washington .
Tras manifestarse en redes sociales, impulsada por el caso George Floyd , la franquicia tres veces ganadora del Super Bowl fue tachada de doble moral, con base en el mote que lleva desde 1933, cuando dejaron de ser los 'Braves'.
Muchos seguidores, entre los que destacan activistas y organizaciones anti-racistas, condenaron el tuit del equipo y 'sugirieron' una forma de volverlo congruente con su manera de actuar: dejar atrás el 'Pieles Rojas ' y modificar su logo.
"Las vidas negras importan pero no las nativas americanas, supongo", escribió un usuario. La escritora Amy Brown tuiteó: "Qué bueno que su nombre no es un insulto racial; eso sí que sería penoso".
Raices, un servicio de asistencia para inmigrantes con sede en Texas, respondió: "De un community manager a otro... Ésta no fue una buena jugada".
Alexandria Ocasio-Cortez, una de las representantes más reconocidas del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, fue directo al punto: "¿Realmente quieren defender la justicia racial? Cambien su nombre".
El Congreso Nacional de Indígenas Estadounidenses ya ha solicitado que el equipo capitalino no vuelva a jugar en la NFL hasta que el cambio de nombre se haya efectuado, aunque esta lucha no comenzó esta primavera, sino hace varias décadas.
A pesar de haber ido a la corte en más de una ocasión, el propietario Dan Snyder constantemente se ha rehusado a alterar la identidad de la organización a la cual creció apoyando y que adquirió en 1999.
En 2013, el entonces presidente de EEUU, Barack Obama, emitió una recomendación: "Si yo fuera el dueño y supiera que el nombre de mi equipo —aun teniendo una vasta historia— ofendiera a un considerable grupo de gente, pensaría en cambiarlo".
Un marco que se ha vuelto común para atacar a los Redskins es el del cuarto jueves de noviembre de cada año, en el que su cuenta de Twitter conmemora, sin pesar alguno, el 'Thanksgiving', lo que muchos han interpretado como cinismo en su estado más puro.