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Desde hace mucho tiempo, la Federación Mexicana de Futbol ha sido un campo de batalla entre directivos que pelean por intereses de todo tipo. Desde los tiempos de la guerra de televisoras, pasando por el golpe de estado a Enrique Boja comandado por Emilio Maurer y Francisco Ibarra, y la concerniente revancha de Televisa, la silla grande de la FMF siempre ha sido muy codiciada.
Hoy la FMF se ha vuelto otro campo de batalla con la disputa entre Alejandro Irarragorri, presidente de Grupo Orlegi y Jesús Martínez, mandamás de Grupo Pachuca. Irarragorri, en una carta abierta, señaló a Martínez de filtrar información de la Junta de dueños de la Liga MX y culparlo de la desaparición del Ascenso MX y la creación de la Liga de Desarrollo o Expansión.
Esta es sólo una herida más de las que arrastra la FMF, y que parece tardarán mucho tiempo en cerrarse, teniendo como coincidencia que en la mayoría de ellas, aparece Irarragorri como personaje involucrado.
Derechos de Selección.
En septiembre de 2017, Alejandro Irarragorri, dio a conocer que los derechos televisivos de la Selección Mexicana seguirían por ocho años más en poder de Televisa. La votación fue de 12 a 4, siendo José González Ornelas, presidente del Monterrey y Jesús Martínez, quienes encabezaban el ala opositora. González Ornelas fue acusado de filtrar información a América Móvil. Desde ese día el directivo de rayados no es muy bien visto en las juntas.
Adiós Veracruz
Fidel Kuri llegó a la FMF con la intención de participar en la Asamblea de dueño, no lo dejaron entrar por no cumplir con sus obligaciones y fue desafiliado por las innumerables deudas que arrastraba. A los pocos días se filtraron videos en donde se ve a Kuri tratando de pelear con… Irarragorri, que fue con quien también tenía disputas. Hoy, Fidel Kuri está puesto a demandar a la FMF.
Lobos-Juárez
En plena reunión del futbol mexicano en julio pasado, se anunció que el FC Juárez le compraba la franquicia a los Lobos BUAP y pasaba a jugar en la Liga MX. ¿Fue legal la venta? A la fecha, hay una demanda contra Mario Mendívil, quien era el encargado, por vender sin el aval de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.