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Nueva York.— A las 18:00 horas, los rascacielos de Manhattan escupen cientos de personas que tras el día en la oficina, no se detienen ni por curiosidad para ver quién es la celebridad que paró el tráfico para bajarse de una camioneta iluminada por los potentes focos de las cámaras de video.
No hay decenas de anuncios para una función del mexicano ni el arribo oficial que hacía ante cientos de aficionados. Sin embargo, pelear en Nueva York es un reto que se puso para incrementar su legado, aunque desde hace varias semanas ya lo consiguió al firmar en esta ciudad, el contrato más lucrativo en la historia de un deportista.
“Estoy muy motivado de pelear en el Madison y conseguir mi tercer título en diferente categoría. Esta pelea es muy importante, porque un triunfo me metería a la élite del boxeo mexicano”, comentó Álvarez, al caminar por una alfombra roja.
“No tengo una cortada, es un tallón que no representa riesgo para la pelea del sábado. Es parte del boxeo”, declaró el tapatío.
Si el Canelo no pudo comerse la Gran Manzana con su renombre en el primer día de actividades oficiales, menos su rival Michael Fielding, quien lo más famoso que tiene es el apodo de Rocky. Con una gorra de los Yankees de Nueva York, el inglés se pasea por las calles como un turista más, por lo que de ganar adquiriría una suscripción al club de los Hombres cenicientas.