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Nueva York.-
Lo que se suponía sería el entrenamiento público de Saúl Álvarez en el Madison Square Garden resultó en un besamanos para el mexicano con un puñado de aficionados que acudieron a ver de cerca al boxeador que el próximo sábado podría convertirse en triple campeón mundial en diferentes categorías si vence a Rocky Fielding .
Con pantalones deportivos y sudadera negra, 'Canelo' bajó por unas escaleras eléctricas acompañado por la música de mariachi y los gritos de sus fans que a decir verdad no eran más de 100. Cualquiera de los locales más famosos de donas y café de Nueva York tenía más gente en espera a esa hora, que Álvarez en el Garden.
En una ciudad que no se detiene por nada ni nadie, el Canelo no se movilizó arriba del ring . Subió, dirigió unas palabras más desabridas que el guion para un actor de reparto en una telenovela y volvió a bajar del encordado sin tirar un solo jab, ni saltar la cuerda.
“Es un reto para mí (pelear una división arriba), voy a subir a la zona de confort del campeón. El boxeo es de tomar riesgos y estoy muy contento por eso. Estoy listo para hacer historia”, dijo Álvarez, un discurso tan repetido como las pastorelas.
'Canelo'
no subió la temperatura de la cartelera. No lo hizo él, ni tampoco su rival Fielding, alguien tan afable que ni siquiera se molestó porque el mariachi interrumpió la música de Rocky con la que entrenaba. El inglés parece es c omo un turista que ganó un viaje a Nueva York todo pagado y lo está disfrutando.
“Estoy motivado de estar en Nueva York
con mi familia. Me hubiera gustado entrenar con mi música, pero tampoco me molestó”, comentó Fielding.
En el entrenamiento que no fue entrenamiento, los únicos que sudaron fueron los fotógrafos y camarógrafos por capturar algún momento del Canelo.