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Los Cardinals de San Luis anotaron 10 carreras , la mayor cantidad que se haya registrado en la historia durante el primer inning de un juego de postemporada, y apabullaron el miércoles 13-1 a los Braves de Atlanta en el quinto y decisivo juego de la Serie Divisional de la Liga Nacional.
Los Braves sufrieron un nuevo y descorazonador colapso en playoffs. Antes de que muchos espectadores se sentaran siquiera en sus butacas, los Cardinals estaban ya virtualmente instalados en la Serie de Campeonato de la Nacional, donde enfrentarán a los Dodgers de Los Ángeles o a los Nationals de Washington en un máximo de siete encuentros, a partir del viernes.
Luego de lanzar siete capítulos en blanco para ganar el segundo juego, Mike Foltynewicz retiró apenas a un bateador antes de que los Cardenales lo vapulearan sin misericordia.
Freddie Freeman cometió un error que abrió la puerta a la catástrofe de los locales. San Luis anotó su décima y última carrera del inning en un ponche el lanzamiento descontrolado rebotó en la tierra y se le escapó al receptor Brian McCann.
Atlanta ha perdido 10 series seguidas de postemporada
. Su último triunfo en una serie de playoffs se presentó hace 18 años.
Con ese número de series perdidas en fila, los Braves han igualado la ignominiosa marca establecida por los Cubs de Chicago de 1908 a 2003.
Dexter Fowler, el primero en el orden de los Cardenales, había visitado tres veces la caja de bateo antes de que la parte baja del orden de Atlanta viera pasar el primer pitcheo. Y los Cardenales realizaron varias sustituciones tras el tremendo ataque que montaron en el comienzo del duelo.
Tal vez haya sido la primera vez que un club realiza una serie de cambios defensivos antes de que su rival llegara siquiera al bate.
No había motivo para buscar más carreras ni para preocuparse por lo que hicieran los rivales ante Jack Flaherty, quien logró una de las mejores segundas mitades de campaña que se hayan visto por parte de un abridor en la historia.
El manager Mike Shildt permitió que Flaherty realizara 104 pitcheos a lo largo de seis entradas, en las que aceptó cuatro imparables y esa única carrera, para llevarse la primera victoria en postemporada durante su incipiente carrera.